miércoles, 6 de junio de 2012
Un merecido tributo
Es bella, ahí donde no llega la luz imaginativa de mortal alguno llega la suya a lomos de Wagner o de una sinfonía similar de calidez y atenciones, pequeños detalles que quizás ella entiende pero ante los demás no deja de ser un bello espectáculo de aquella inspiración dada por las musas en las que depositan todos los artistas, pintores, escultores, escritores y poetas cuerpo y corazón para lograr ese paso mas que los lleve a la perfección en cualquier tipo de práctica. Mira a las estrellas en medio de una noche que alumbra el nacimiento de ese bello espectáculo celeste lleno de una fuerza imperiosa y milenaria. Cuanto gusta de sonreír en todo momento y dejarse llevar por la música y la visión de imágenes a miles que reproducir en lienzos a miles o escribiendo.
Los vientos de la imaginación recogen su cuerpo, no debe estar en la tierra o de lo contrario no se rendirá oportuno homenaje a su persona, aquella cálida persona que puede hacer del canto de los pájaros un manantial de aguas puras que purifiquen el alma. Existe en toda su totalidad siendo signo de aquel que es conocido por su comunicación, sensibilidad, imaginación y genialidad a la hora de plasmar todas aquellas aventuras o escenas que pasan por su mente historias a miles que ella podría crear de un solo retazo de tranquilidad. Los vientos la llevan como su mente, volando, hasta donde se albergan todo aquello grandes gestos que ha logrado. Un gran castillo blanco estaba esperándola. Los vientos la depositan en la entrada y esas grandes puertas que tiene frente a ella le permiten penetrar al edificio dando la espalda a la gran cabellera verde que es la pradera que se extiende alrededor de todo el lugar tan bellamente decorado. Son la mas destacada de las humildades traspasa los dinteles de aquellas grandes puertas hechas para dejar pasar con facilidad a tres gigantes uno al lado del otro. Las luces entran por las ventanas sin apenas cortinas que arrancan miles de brillos a través de los cristales de colores que poseen las ventanas imitando escenas de todo tipo.
Como una caricia un susurro se hizo escuchar desde una dirección indefinida. No era de su derecha, no de su izquierda. Todo era confuso y el miedo la empezaba atenazar por la profunda voz, cavernosa, grave pero con el terciopelo impregnado. Decía su propio nombre una y otra vez a intervalos regulares en los que había una especie de familiaridad. Algo la impulsó a mirar a su derecha y pudo apreciar como la chimenea se encendía al fondo de aquella habitación donde le esperaba una extraña comitiva. Sentados todos ellos, unos cuantos pares de ojos la miraron durante un rato con una sonrisa en los labios. El susurro seguía persistente pero esta vez la voz no dijo su nombre sino que la exhortó a acercarse y ella obedeció dado el claro reconocimiento mutuo que guardaban anfitriones y visitante. Se advertían varios lugares y en especial uno que no fue ocupado en momento alguno. Un trono de oro con figuras de demonios estaba casi llenando toda la estancia con su brillo y ostentación, testigo de la estadía de un ser poderoso que había sentidos ansias toda la eternidad de poseer almas. Sin dar tiempo a mas la voz de nuevo habló esta vez a su oído, ateciopeladamente, pretendiendo lograr las máxima sensaciones biológicas posibles.
-Querido sierva del infierno...-Comenzó el dueño de aquel trono- Fuiste una de las siervas mas leales y entregadas a la causa de un placer que no tenía mas fundamento que el placer mismo. Fuiste constante y obediente, promotora de que la llama de la pasión y la lujuria no se apagaran en aquellas largas noches de cama. Fuiste realmente valiosa para sustentar imaginaciones y pervertir con ideas de lo mas lascivas las mentes inocentes de todos aquellos que te encontraran en brazos de tu señor que aquí te habla. Tus hechizos, llenos de poder, invocaban a las criaturas mas temibles y la magia te rodeaba en todo momento, algo a tener en cuenta por parte de Dios pero mas de este servidor de las sombras, que las doma a placer cuando place de hacerlo. Las ansias de tu cuerpo nunca se despejaban ni se marchaban cuando tus provocaciones surtian tanto efecto en mi como las mias en ti. Fuiste bruja y sierva, entregada esclava de placeres que nunca podrñan ser igualados. Lucha por ello...-Los brazos soltaron el cuerpo de la invitada dejando ver por primera vez a un ser lleno de belleza que desprendia un aura de oscuridad implacablemente seductora. Una mirada perforante llena de astucia y malicia, deseo profundo y avaricia por el tener mas y mas en este miserable mundo se posó en los ojos de aquella que había sido encantada mil veces con caricias. El señor de los demonios se sentó en aquel trono de oro y calló.
El siguiente en acercarse fue un joven de aspecto galante que no era ni por asomo la sombra del primero. En su mirada se destilaba la inocencia mas pura aunque también la ambición de la aventura y la emoción del viaje a caballo. Los rubios cabellos estaba sueltos como a él le gustaba y su armadura impecable. Como la de cualquier caballero que se precie, la espada se encontraba a un costado, dispuesta a ser desenvainada cuando fuera oportuno y el peligro o la aventura se presentaran. Una blanca sonrisa fue lo primero que relució, incluso antes que e blanco y brillante recubrimiento metálico que hacía ver escasamente su cuerpo bien proporcionado. Avanzando con un ligero tintineo hincó una rodilla en tierra y bajó la vista al suelo en señal de un profundo respeto y reverencial tributo a tan magna persona. Luego levantó la mirada y tomó su mano con suavidad mientras los grandes ojos casi de soñador y aventurero que podrían poseer los grandes pioneros de las tierras de procedencia de aquella dama se encontraban con los de ella. Entonces el caballero comenzó a hablar:
-Eres un ser magnífico, que puede despertar muchas buenas sensaciones de tranquilidad aun en medio del caos, que sabe escuchar a todos aquellos que lo necesitan. Siempre guardas un abrazo para quienes lo necesitan y para quienes no lo necesitan también, al igual que para quien lo merece y para quien no. Eres valiente al enfrentar tantos problemas que podrían hacer retroceder a mas de uno. En mi espada pongo toda la fe y el honor de la espada que me he forjado yo mismo para que estas sean verdades y que se prediquen por todo ese bello mundo que ha sido creado con la ayuda de tu imaginación. Tu creatividad me ha dado una casa en un paraje tranquilo que me ha permitido crecer, aprender y madurar entre niños y risas. Y ahora me ofreces ese mundo que recorrer con mi espada y unas cuantas pertenencias. Y poco camino he recorrido pero mucho he de recorrer y mil peligros me acechan lo se y con mil maneras los enfrentaré, ya sea con una sonrisa o con esto- y desenvainó la espada- Esto es la fuerza que da vida a mi brazo, es parte de mi cuerpo así como eres parte de una existencia, ya sea de una forma mas o menos sutil pero que nunca se va a diluir. Estás en la memoria de todos nosotros poderosa dama de grandes artes que aportan luz a todos aquellos que se encuentran faltos de inspiración, que desparramas tus artes con gracia y elegancia en mundos que me son ignotos. Estoy pues a tu servicio y espero ser de utilidad a la causa de tu sonrisa. Nunca pierdas esa energía que a muchos les falta. -Sin nada mas que añadir el caballero se puso en pie y se dirigió a su puesto inicial.
El penúltimo de los seres avanzó. Ondeante el pelaje y amplia una sonrisa que denotaba las ansias de arrancar carne humana y a la vez la familiaridad de quien recibe a un ser querido en su hogar. La bestia avanzó lentamente y a medida que lo hacía sus formas se iban volviendo mas humanoides hasta que un hombre (o al menos eso parecía) embozado en unos pantalones y nada mas se acercó a ella y tomó con suavidad su mano dejando un pequeño beso en esta. Los rasgos fuertes enmarcaban unos ojos de un intenso color rojo que la miraba con una especie de demencia incipiente y también con calidez y ternura. Una voz con acento no se hizo tardar mucho mientras aquella mano permanecía sostenida por dos fuertes manos que podían acariciar las pieles mas delicadas con extrema ligereza sin causar daño alguno mas que la pérdida del control. La sonrisa estaba a pie y a caballo entre la del señor de los demonios y la del caballero de blanca armadura y motivaciones en la vida. No hincó una rodilla en tierra, gustaba mas de imponerse con su altura a aquella dama que despertaba en él todo el interés del mundo cada vez que la veía aparecer. Entonces aquel lobo con forma humana comenzó a hablar:
-Querida, tu presencia en mi larga existencia siempre ha supuesto una chispa de diversión y de originalidad. Has dado grandes sorpresas a todos aquellos que te rodean y nos hemos esforzado al máximo por igualarte en tu genialidad, algo que nos ha sido del todo imposible. Mis zarpas están en deuda contigo y mis labios también por ciertas clases con cierta dama irlandesa de como besar. Has sido una excelente y bella pantera negra que ha hecho las delicias de todos aquellos que buscaban variedad en medio de la normalidad e incluso el aburrimiento incipiente. Siempre has tenido esos pequeños detalles en los que has depositado una sonrisa e incluso parte de un alma maravillosa con los que ni en mil vidas podríamos corresponder adecuadamente. Pero a cambio te prestamos nuestros servicios como caballeros, aventureros y muchas cosas mas que pueda obtenerse de los cielos mas tormentosos o del mas calmado de los mares, del mas profundo bosque y toda una amalgama de colores y materiales disponibles para hacer realidad sueños increíbles, emociones intensas y un sin fon de retos que cumplir. Tu presencia ha aportado energía y verte caer no es nuestro sueño por lo que estaremos cuando mas oportunidad tengamos de destruir aquello que te impide estar alegre en todo momento, sin piedad alguna, sea hombre, mujer, niño o barrera física, ya sea psicológica o física. Sabes que nos movemos por impulsos así que no dudaremos en actuar. -Una sonrisa surcaba aquellos labios que tantas pieles había lamido y besado a lo largo de una larguísima edad. El hombre semidesnudo se fue a su puesto no sin antes dirigir una última mirada a aquella dama y moviendo la cola contempló al último de aquellos extraños seres.
El último de aquellos seres la mirada serio pero a la vez sonriente, como quien recibe en su casa a un allegado muy querido pero que pretende dar formalidad al asunto. Su cuerpo estaba cubierto En la cabeza por una larga cabellera que había despertado admiración y repulsión por igual. El resto de su cuerpo no se podía adivinar dado que se encontraba trajeado con la mas excelente de las telas. Su porte de galante caballero se hizo presente confirmando las habladurías de los barrios bajos y los altos castillos. Se acercó a ella y sin mas la abrazó con todas las fuerzas que sus delgados y blancos brazos le permitían. Entonces la sonrisa se hizo mas amplia. Tomó ambas manos de ella mirando sus ojos con todo el cariño del mundo, mirando aquella chispa de luz mortecina que luchaba por salir al exterior para impresionar al mundo. La observaba atentamente como si esperara lo que hacer pero al no recibir señal tan solo se puso a hablar como las otras variopintas criaturas anteriores con aquella voz que tanta admiración parecía causar:
-Querida Fon, como bien has podido escuchar hemos dado el testimonio al mundo en estos precisos momentos de todo aquello que te compone y de seguro no es la mínima parte de todo lo que te compone en su totalidad. Eres una ser imaginativo que ha dado grandes ideas y aportaciones al mundo, que unas veces no ha sido escuchado y otras muchas veces fue escuchado y ha sido iluminado el mundo que ha tenido la gracia de tu presencia. Y yo te debo muchas cosas, demasiadas para ser enumeradas. Me has aconsejado sabiamente, me has aguantado el peor de mis estados de ánimo como una valiente luchadora que no se deja vencer ante nada. Tienes la capacidad de la innovación pues todos los mundos de los que vienen estos- señaló al grupo al completo- en su momento brillaron con luz propia por tus aportaciones, por tus donaciones de trocitos de alma. Me has mostrado pequeños detalles en cada palabra que me han asombrado o hecho gracia en su momento. Eres toda una bendición para aquellos que te tienen en alta estima. A tu lado tienes a gente que te quiere aunque algunos de nosotros no sepamos demostrarlo debidamente. Has dado grandes puntos de vista y nos hemos reído mucho solos o en compañía de otros que han tenido la fortuna de conocerte. Porque conocerte es una fortuna mas grande que todo el dinero del mundo, mas grande que cualquier estrella. Tengo una gran deuda contigo por ese pasado difícil en el que siempre estabas ahí hasta decir basta, en el que te pusiste seria conmigo y en el que pudimos llorar a gusto cuando era necesario, cuando el agotamiento o la angustia ya no nos dejaba respirar. Y ahí estaré con toda la efectividad y afectividad que me es posible sin que piensen que estoy loco. Eres especial querida Fon, parte de esa élite que se ha ganado un puesto propio entre mis afamadas alas.-Dicho esto Dos poderosas alas salieron de su espalda y la envolvieron en un manto de morado y oscura negrura que flotaban y se entremezclaban en volutas y finas tiras de algo que no era ni sólido ni líquido ni gaseoso.
Así abrazados permanecieron antes de correr a la aventura del vivir y el batallar en la vida.
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