Un incansable devorador de almas... solamente eso es el enemigo de todo ángel salvador, el incansable escanciador de sedes ajenas, alimentador de de hambres imposibles de satisfacer, calentador de los bajos hornos de todas las criaturas que se dejen seducir por el sentimiento de la lujuria. Donde se posan sus ojos nada puede escapar a las seducciones que lanza contra quien quiera que sea su presa.
Sus pasos se acercaron por detrás, como una sombra ignota que no puede con su cuerpo dar a entender ni la décima parte de lo que en su interior se esconde. Dos brazos fuertes se empezaron a cerrar alrededor de su cintura, con un suave abrazo que denotaba la confianza que tenía en esa pequeña criatura, que ya no podría retroceder ni resistirse a los ojos profundos y oscuros que tenían ese rostro casi esculpido por los mismos dioses de la creación, fueren quienes fueren. Una lengua insidiosa, hecha tanto para mentir como para lamer y encender las mas apasionantes llamas, paseó por su cuello sucediendo a sus besos, que como las mas ardientes brasas calcinaron en forma de lujuria y deseo ese camino que se estaba rindiendo y alzando en un lento y delicado erizamiento para clamarle a esos labios prohibidos, otro beso. Las manos de ella se posaron sobre las de él con la delicadeza de esa amante que desea ser la víctima de sus encantos. Ya no se puede resistir, ya no tiene escapatoria para el ser que únicamente vive por y para su propio alimento, que son las almas de otras tantas pobres encarceladas en la condena, como la mujer que tenía en ese momento entre sus brazos, totalmente rendida a sus encantos, a todo lo que el representaba, ignorando el azufre, los fuegos instantáneos que se provocaban en sus alrededor por la simple presencia de ese poder con cuerpo humano, que la llevaría a los mas remoto de un lugar en donde miles como ella se quemaban entre los brazos y los deseos ocultos que solo el infierno puede poseer y proporcionar.
El abrazo se hizo mas firme, mas perfecto, aun mas angustioso para la fe de cualquiera que fuera la religión de su víctima. Ella ya tenía los ojos cerrados, con el corazón a punto de salirse de su pecho y la respiración tan agitada que pareciera que los pulmones lo acompañarían. Ella entrelazó sus dedos con los de él, incluso sacando una pequeña sonrisa ya que aceptaba ese destino cruel que era la compañía del amo de lo oscuro. Sus palabras no salían de la boca, nunca gritó, nunca se resistió a esa criatura que la tenía presa de todos los hechizos y ponía a sus pies una verdadera amalgama de pecados, deseos satisfechos, lo mas oscuro que su corazón y alma pudieran desear, en su poder. Sus cuerpos estaban pegados y ella sentía el torso perfectamente esculpido, siendo perfecto, el lugar ideal de reposo para ese cuerpo que ella nunca volvería a usar en lo mas absoluto, solo para rendirse a los deseos de ese ser maligno que no la dejaría escapar nunca jamás.
La perfecta y oscura sonrisa murió cuando un centelleo blanco y una reverberación de plumas le quitó a su presa de los brazos y el ángel se puso a volar a todo lo que sus tempranas alas le daban. El demonio gritó de ira y rabia y trató de alcanzarlo pero la fe era demasiado fuerte en esas alas de color blanco que no se cansarían nunca pues ya la tenía entre sus brazos.
Ella despertó y lo miró con los ojos anegados en lágrimas por estar mirando al ser mas perfecto que se halla encontrado nunca y sin dudar unió sus labios a los de él, provocando un inesperado agrandamiento de esas alas que se movían únicamente por ella y que le daban una fuerza renovada, como si esta fuera poca, mientras se perdían en el lejano horizonte unidos para siempre y con todo en sus almas intacto a causa de dos de las fuerzas mas poderosas que se pueda uno encontrar... el amor y la naturaleza.
OMG, no avises de que tienes blog eh, que después de lo que te llevo rallado para que te hagas uno es una puta pena xD
ResponderEliminarJus, me encanta todo lo que escribes :)
O rayado, creo que te he estado tanto encima que cualquiera de los dos significados de la palabra me valen xD
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