En una danza de eternidad, ella caminaba a lo largo de la tierra causando el deseo y la mirada de animales y hombres por igual. los labios del viento la recorrían entera, sin ningún tipo de trampa hecha de tela para que así los movimientos fueran mas libres aun. Ella sabía bailar, causar la envidia de otras mujeres que cuando la descubrían de casualidad entre los árboles del bosque que frecuentaba se morían por tener su cuerpo y sus movimientos, el poder para atrapar las miradas d los hombres como ella lo hacía sin proponérselo, pues ella solo gustaba del baile, de nadie mas. Ella no sabía que era un beso, ni un hombre siquiera, ella solo disfrutaba de aquello para lo que había sido creada: El baile. Se paseaba generalmente ante la mirada de los animales, que le hacían sentir como su mejor público. Ruidosos y silenciosos a la vez, los animales expresaban sus emociones con sus ladridos, maullidos, graznidos, balidos y demás expresiones, y nunca la importunaban en el baile pues ella también recibía esa admiración por parte de ellos. Un día la envidia la miró bailar y le deseo todo el mal del mundo, un mal del que ella estaba exenta ya que no había hecho nada malo en esta vida así como nada bueno, solo bailar y punto. Con el tiempo mas Dioses y sentimientos negativos se concentraron en torno a ella y un buen día se comete el gran tropiezo. Ella, efectivamente, tropezó y se rompió uno de esos perfectos tobillos que la sostenían apenas al mundo cuando ella danzaba ya fuera para la luna, para el sol o para las estrellas en medio de su desnudez y de sus movimientos cagados de alegría.
Ahí el mundo se le vino encima. Nada era ya algo digno de ver se dedicó a correr como pudo, siendo víctima de un dolor y de una persecución que no cesaba de atormentarla. ya los hombres también le trataban de dar caza y ni ningún recoveco la podía proteger de aquello que mas detestaba que eran las cadenas que pretendían amarrarla a una vida miserable del brazo de alguna criatura malvada que tuviera malos propósitos para ella. pues eso era de lo que tenía constancia, que habiendo todas las mujeres bellas que había los hombres solo la deseaban a ella y no cesarían en darle caza hasta tenerla a su merced y suplicando un perdón que nunca obtendría en medio de constantes golpes y de abusos que no cabrían con descripción suficiente en esta historia. Ella simplemente corrió y corrió a través de desiertos, de ríos, de mares , de tierras que ni el hombres habría acertado a descubrir pero que estaba plagado de azufre y criaturas horrendas que le pretendían tanto o mas mal que nadie. Corrió sin cesar hasta dar con lo que fuera que le salvara pensando que todo el mal estaba rodeando el mundo, que nada le quedaba a este que representara algo del bien.
Y entonces lo encontró. Huyendo y dándole esquinado por unos instantes al mundo se encontró con alguien que no la esperaba, ni estaba armado, ni tenia cara de amenazar su vida como se acercara un solo instante mas. era un joven que la miró maravillado pero que no pretendía nada mas que mirarla.
-Tu eres la Bailarina de la luna, el sol y las estrellas ¿verdad? -Dijo casi como petrificado en su sitio. o se podía creer este joven lo que tenia ante si, a una criatura de grandes ojos castaños y esas formas que todo hombre deseaba en tierras lejanas y no tan lejanas. la miró en todo momento a los ojos y eso ya la sorprendió a ella. u mirada era limpia y nada le impedía acercarse a el con total libertad.Algo se había encendido en su corazón. Ella se acercó lentamente a el y poco una mano en su rostro, provocando una corriente eléctrica que lo recorrió a él entero de arriba abajo- Te he estado esperando, si supieras todo lo que he pasado para encontrarte y tenerte entre mis brazos. mira mis ropas, destrozadas por el tiempo y la guerra. Mi rostro no es mas que mascara de sufrimiento y mi mirada reflejaba odio hasta que hace un momento te apareciste delante de mi.- dijo el joven tan solo.
Ella lo miró un instante antes de acercarse a el y abrazarlo como si no hubiera abrazado en la vida pero sabedora de lo que podía provocar se aferró a el con una lágrima en los ojos y los brazos de el respondieron sin dudarlo un instante mientras su mirada lo escrutaba todo a la espera del ataque que quisieran dar caza al amor de su vida. y así ellos se quedaron ahi, en medio de ese lugar, en medio de ninguna parte, Sindo lo que realmente eran: un hombre y una bailarina que se amaban.
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