Una de ellas me abrazó con mucha fuerza, provocando en mi se agradable dolor dela pasional alegría por una feliz noticia. Y yo le dije "Querida, que soy de cristal, ten cuidado". Obviamente, en un primer momento alguien pensaría en la enfermedad de los huesos de cristal y yo pensé en dicha y desafortunada dolencia que afecta a miles de personas en todo el mundo, pero luego estuve reflexionando y creo que soy víctima de una enfermedad que afecta a incluso muchas mas personas, sobretodo a jóvenes, como a esas personas, damas y caballeros encantadoras y dignos de alabanza, que hoy fueron a recoger los resultados de su esfuerzo.
A esa dolencia espiritual (entendiendo por espiritual algo mas bien metafísico o psico-sociológico) la bauticé como "síndrome del corazón de cristal."
Para mi esa enfermedad es uno de los grandes cánceres del mundo, del ser humano concretamente. Piensen en un corazón hecho de cristal que milagrosamente está vivo. La vida es un milagro en sí, una cuestión inexplicable para la ciencia a día de hoy. Bien, pues imaginen nuestro corazón hecho de cristal. Tendríamos que tener mucho cuidado en lo que comemos, en como nos movemos, en no recibir golpes muy fuertes a la altura del pecho para que este no se quebrara y morir.
En un nivel mucho mas profundo, mas intangible, es mas, casi inefable, el corazón de cristal es la dolencia que afecta a aquellas personas que emocionalmente son algo delicadas, es mas, que son muy delicadas, o incluso que temen al dolor de una formas casi enfermiza, que están llenas de temor por su propia seguridad sentimental, emocional y vital en casi todos los aspectos. Pero a mi lo que me tiene mas intrigado es esta dolencia en los jóvenes y como la tratan de esconder.
Algunos tratan de esconder su corazón de cristal reduciendo los latidos, quitando importancia a los actos de la vida que podrían enriquecerle, por ansias de no ser protagonista siquiera de su propia existencia, apagando su personalidad o sus problemas a los ojos de los demás.
Otros les ponen decoraciones que apenas pueden llegar a ser simple bisutería, los rodean y llenan de una vida oscura y pensamientos banales y llenos de superficialidad. Cuando se observa un corazón así, yo no puedo evitar sentirme un tanto confuso. Los corazones de cristal normalmente están llenos de algo realmente valioso pero al mismo tiempo frágil. Y tal ocultación de la verdad me parece cuanto menos abyecto.
Los hay que muestran un corazón astillado, por golpes duros de la vida, pero en vez de limarlo y arreglarlo lo mejor posible (nunca será igual,obviamente)le sacan punta a esas astillas, tratan de que todo aquel que intente tocarlo salga herido por su propio temor de ser herido de nuevo. Y no es raro ver una capa de silencio entre las espinas y muchísima indecisión.
Muchas personas recubren o meten el corazón de cristal en una caja de madera. Dicha caja de madera parece muy bonita, casi podríamos apreciarla como algo elaborado por un experto en la talla de dicho material, pero cuando nos fijamos vemos una cantidad insana de defectos. Esos defectos aparentemente tan bonitos son una sonrisa falsa y sobretodo ese orgullo y arrogancia tan cargante que solo es capaz de transmitir al cristal no solo una ausencia total de luz sino también toda una plaga de aflicción rayana en lo absurdo.
Los hay que se auto-convencen de un amor que no existe, que golpean el corazón como si en vez de cristal fuera acero y con todo el calor de la pasión o una engañosa y excesiva cercanía usan a las demás personas (generalmente con falta de autoestima) para afianzarse ellas en la autoconvicción de su sanidad sentimental cuando solamente son niños y niñas caprichosas que no saben lo que quieren en la vida.
Luego está el peor tipo de paciente de esta enfermedad, que tiene algo en común con todas las enfermedades del mundo. Entre todos los dolientes siempre está el que no quiere aceptar su fragilidad y mezcla todo lo citado anteriormente dando resultados curiosos como frías puntas que queman con gélidas ventistas de silencios tensos, cercanías opresivas que tras una sonrisa esconden un veneno compuesto de baja autoestima y sentimiento constante de amenaza así como un deseo absoluto de control sobre todo y especial mención a todos los que le rodean. Y así en un sinfín de complejas mezclas y monstruosos híbridos.
¿La cura para esto? Pues puede ir desde un "me gustas" hasta arreglar de forma madura el problema que se tenga con la pareja y no temer a amar o a vivir la vida junto a alguien. Si esa persona es normal nova a retenerte a tu lado nunca, sencillamante amará la libertad de la cual se enamoró.
Podrán encontrar la página de la talentosa
y bella autorade tan magnífica imagen aquí
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