Todos los días desde hace unas dos semanas me llevo imaginando el momento vivido ayer. me veía a mi mismo diciendo a todo el público un retaíla infinita de genialidades con los que arrancar las sonrisas y las risas mas escandalosas y agradecidas del mundo pero ciertamente ayer fue mil veces mejor. os cotaré como fueron mis sensaciones.
Durante la mañana no pasó nada a destacar pues yo me encontraba durmiendo lo cual no deja espacio para análisis alguno de mis sensaciones pero los nervios ya se empezaron a asentar a lo largo del día. El día avanza y mi madre se encarga de decirme que me tengo que levantar ya que falta unas horas para ese momento tan especial de mi vida en el cual nunca pensé que llevaría a cabo. Me dedico a intentar relajarme mirando algo en el ordenador porque los nervios a 3 o cuatro horas de sencillamente ponerme el traje me empiezan a consumir. El traje que me pongo es negro ciertamente y me da cierto toque de cadáver pero bueno es lo mas cercano a la muerte que llegaré a estar hasta dentro de muchos años o eso espero. A mi siempre me ha gustado el color negro que le vamos hacer.
A las cinco y media de la tarde sin poder parar o retrasar mas los números de mi reloj en el móvil y me veo obligado a salir. Tomo algo en la cafetería recibiendo los primeros halagos de las personas que atienden el local pues nunca me habían visto de semejante guisa. Una sonrisa ligera como papel llevado por el viento se alza en mis labios y se dedican las palabras a ser intercambiadas dejando salir algo de mi nerviosismo. Sin duda todos se admiran de lo que estoy a punto de hacer en unas horas y parece que es como la gran hazaña del héroe que se enfrentó aquel día a un gigante de nombre Goliat. Aún con todo mi pulso se mantenía normal y nada me hacía parecer nervioso salvo mi testimonio que daba a entender esto mismo cuando se me preguntaba.
Llegan las 6 y los primeros compañeros empiezan a llegar todos con sus galas mas arregladas y los compañeros de bellas artes que se encuentran acomodando todo el material para el pequeño aperitivo que se dará una vez terminada toda la ceremonia. Nos intercambiamos saludos mientras Maite ayuda a todo el que se encuentre en apuros al igual que la bella Xana con toda la coordinación de lo que pasará a lo largo de la ceremonia que por motivos de exceso de personalidades paternas y alumnos se vio obligada a ser dividida en dos (la ceremonia, no Xana). Todos los de ciencias o al menos la gran mayoría nos dedicamos a planear que hacer en tanto que los dos primeros bachilleres se hacen su propia graduación. Alternamos entre el interior y el exterior de instituto y aun unos cuantos me preguntan si al final lo haré yo lo que tendría que hacer en unas 2 horas. mi respuesta es rotunda y despreocupadamente afirmativa. Mis ideas estaban mas que claras y quizás con lo que se haría pues sería mi caída o mi renacimiento personal.
Centrémonos en ellos un instante. Todos arreglados. Marcos, Elías, Jacobo, Fernando, fueron de los primeros en llegar junto a Alberto que ese día parecía el dueño del Atlético de Madrid. Todos ciertamente muy elegantes y ahí andaba Ismael con unas gafas que lo hacían parecer el conductor de una limusina chorras y yo con mi habitual planta de tipo taciturno que se dedicaba a la introspección para después trascender como san Agustín de Hipona. En resumen y añadiendo al grupo a Pablo con sus pelos de Songoku, todos muy elegantes y correctamente arreglados para tal celebración
Centrémonos ahora en ellas. Todas bellas y elegantes como mis compañeros pero mas aun porque para mis ojos la belleza femenina trasciende mas que la masculina obviamente. Todas con vestidos que resaltaba mas aun sus ya de por si bellas facciones. Bonitas sonrisas y piernas a la orden del día para los que se interesen en el tema de la escultura de deidades de aquí y otras latitudes. Iban espectaculares y me encantaría nombrar todas las virtudes singulares de cada una pero el denominador común puede definirse como ´´jóvenes, guapas e inteligentes´´. Obviamente hablo de mi bachiller en particular (el grupo A que no tiene nada que envidiarle al equipo A ya que tenemos a grandes matemáticos químicos físicos y demás gente con nosotros) pero podría estar hablando de cada una de las damas presentes sin dejarme madres abuelas tías y demás que también se merecen una ovación por cuidar a todas esas bendiciones andantes que circulan por el mundo.
Las conversaciones se suceden con la presencia regular de nuestro profesor de matemáticas y tutor, Garrote, con el que hablé poco pero otros estuvieron mas a su lado intercambiando impresiones futbolísticas o matemáticas (no creo que aquí halla que decir nombres). Todos los demás bachilleres antes de la ceremonia se fueron concentrando tanto en el exterior como en el interior del instituto y me encontré a un viejo compañero de mi anterior colegio al que considero de los mejores amigos que puedas hacer en una clase de inglés. Su nombre es Ezequiel y el chaval es de los mas inteligentes, ingeniosos y perspicaces que uno pueda encontrarse por el camino. Por lo visto su prima se graduaba ayer también y vino para acompañarla y ver como ascendía al siguiente escalón de la vida.
Entra el primer bachillerato y nos toca a los de A y B esperar después de hacerse la foto. dos horas de espera en las que me paso conversando con unos y con otros sonriendo riendo y demás cosas que son demasiado banales para ser compartidas aquí (aparte que ni me acuerdo de lo que hablamos) Intervención de garrote que se pone a hablar con nosotros y poco mas salvo la ingesta de un zumo de melocotón para no secar la garganta aunque de poco me serviría pues el margen de tiempo entre zumo y acción colosal a realizar fue demasiado amplio. Y el tiempo sigue pasando y aquí parece que las cosas se aceleran.
Penetramos al interior (aquí Isma se parte) y nos acomodamos en nuestros asientos. A mi me llaman algo mas tarde o mas bien me hago llamar para subir las escaleras y acomodarme en la la silla de la mesa donde nuestra directora (que tiene unos ojos muy bonitos a mi parecer), el gran, ilustre, famoso, coherente, experimentado, sabio, filosófico, friki (por la ultima frase de su discurso) sencillamente extraordinario Luis Fernando Varasa, nuestro adorado profesor de historia de España al que se le extrañará. Una compañera de 2º B, con su mera y sencilla presencia me dio algo mas de determinación a decir todo lo que tendría que decir. Mi pulso estaba acelerado en ese momento por los nervios. Me dijeron unas horas antes que no mirara a nadie en concreto. Fácil teniendo en cuenta que por la iluminación mas allá de los focos no veía nada... bueno casi nada porque cierta dama que llevo todo el año mirando (yo y otros tantos) destacaba en comparación a las 2 o 3 primeras filas. Y llega mi turno.
Agarro el micrófono y empiezo a sencillamente hablar, hablar desde este corazón que mi instituto se ha ganado con todas sus maravillosas gentes. Hablo y hablo pero no dije ni el 1% de todo lo que quería hablar, queria ir nombre por nombres, persona por personas, compañero por compañero... Cuando terminé entonces fue el momento mas glorioso de mi vida al ver que todas esas personas a las que vi y me vieron crecer un poco mas como persona estaban presentes, a mi lado y posteriormente me estrecharon la mano... Nunca sentí que aportaría una parte tan importante de mi corazón a una gran multitud de profesores, alumnos y sobretodo personas.
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