jueves, 27 de enero de 2011

La habitación

Las damas lo condujeron a lo largo de esos pasillos entre risas con la alegría y el alborozo de las jóvenes de sus edades comprendidas entre los 16 y los 20 años. Todas ellas despeinadas por la fiesta que no había cesado en toda la noche y que ninguna de ellas estaba dispuesta a dejar de animar con toda cuanta locura se le ocurriera a ese conglomerado de ideas y mentes totalmente disparatadas. El alcohol quizás había corrido pero para nada estaban locas en aquello que se disponían a hacer. Ellas tenían un amigo en sus vidas que siempre las había escuchado y por tanto como era el único hombre de la casa tan grande que tenían le decidieron hacer un bello regalo. El pobre afortunado tubo que ser arrastrado unos cuantos pisos de toda la mansión para que llegaran al final a una puerta en la cual de por si la era imponente.

Las puertas eran de una madera totalmente anciana pero no por ello menos dura. Eran negras ya de por sí, no les hacia falta pintura alguna y en las secciones que componían cada hoja de ambas puertas se encontraban rostros tanto de ángeles como de demonios. Esto ya al hombre le hizo casi dar un paso atrás con las deliciosas risas d esas criaturas haciéndole y contagiándole de las sensaciones de al fiesta. Él no era muy fiestero pero para una vez que tanta belleza estaba en un espacio cerrado con e´pues entonces no desperdiciaríamos la oportunidad, además de que todas eran buenas amigas a las que confiaría la vida pero lo que detrás se encontraba no lo esperaba de nadie salvo del mismo Satanás para tentarle al mal el pecado y la venta de su alma . Sus amigas le dejaron delante de la puerta y se pusieron delante de el entre la puerta y su figura de delgado porte y escasa musculación. Unos ojos desconfiados y a la vez curiosos con cierto aire de excitación de no se sabe que tipo estaban rellenando con su mirada el espacio que separaba esa misteriosa puerta de sus amigas.

-Una de nosotras tuvo la idea de agradecerte el echo de que nos ayudaras en unas cuantas miles de ocasiones y no hace falta que digas nada porque sabemos por lo que te conocemos lo que vas a decir así que quiero que te calles - el chico efectivamente se calló de tantas cosas que quería decirles y las sonrisas de ellas se hicieron cómplices. Entonces se abalanzaron sobre él y lo tiraron al suelo para empezar a quitarle la camiseta y dejarlo con el torso al aire.

-Así estás mejor aunque no seas mi tipo pero mucho mejor si que estas querido- una pequeña sonrisa surcó ese rostro de aspecto algo borde pero que escondía grandes cosas que solo quizás él y muy pocos afortunados conocieran.-Te vamos a honrar como demonio y a todo demonio se el hacen sacrificios así que... - se apartó junto al reto del grupo y dejaron las puertas libres.

El chaval se acercó y dudó unos segundos mirando hacia donde sus amigas se encontraban y a una especie de orden de Dios sabe quien se retiraron entre risas pero sabedor de que andarían cerca escuchando seguramente su sorpresa. Él avanzó y empezó a escuchar las bisagras responder a la orden que las manos infundían a las puertas, abriéndolas para el y solo para encontrarse con lo mas espectacular que había visto nunca.

La habitación estaba medio a oscuras pero había un montón de velas que le daban el toque de siniestro y a la vez romántico. Un aroma asaltaba sus fosas nasales y le estuvo dando vueltas a lo que ese olor le sonaba hasta que oyó un sonido procedente de lo de la cama del fondo. Con la intensión de avanzar lo logró pero algo le frenó en seco al ver que en el suelo había una gigantesca estrella de cinco puntas pintada y cuando se agachó y tocó una de las lineas, al comprobar si la pintura estaba seca no tubo duda de lo que resbalaba por su dedo era sangre y el prime pensamiento asaltó su mente. preguntas como ´´¿a quien mataron?´´ o ´´¿porque tanta excitación de pronto?´´ se apartaron de su mente cuando sintió la fragancia de la dulce y ferrosa sangre, ese néctar que lo enloquecía por muchas leyes y éticas que hubiera en este mundo. Con la boca hecha agua se lanzó a apartar el dosel de la cama y se dio cuenta de que las paredes en su totalidad estaban pintadas de sangre, algo que no se esperaba para nada pero sencillamente era perfecto.

Ya se había acercado a un lateral de la cama y descorrio el dosel que la cubria de las brisas y los insectos que pudieran pulular entre tanta llamada a la muerte y tanto sino y presencia de ella. Y la vio

Con un camisón blanco fino, que era lo único que cubría su cuerpo se encontraba ella, con toda su gloria, atada al cabecero de al cama y mirándolo con  el deseo y el temor en la mirada por lo que este fuera capaz de hacerle pero sin perder para nada ese toque infantil e inocente de su mirada que lo derretía, que lo volvía un ser humano solo el tiempo suficiente para amarla y desearla a tiempos iguales. Él la estudio detenidamente y vio ese delicado y precioso detalle de sus pezones marcados contra la tela de su ropa. revelando que elal tambien pensaba lo que el estaba pensando. Que regalo tan delicioso. Ella solo dijo las palabras mágicas.

-Hola mi amor, soy tu sacrifio

3 comentarios:

  1. Lo reconozco querido, me hiciste reir, es una hermosa descripcion aunque...*le mira enarcando una ceja en silencio*

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  2. lo sé, mi cara de profesora borde no pasa desapercibida XDDDDDDDD

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