Un guerrero caminaba por la ladera de una montaña y se encontró a un lobo atrapado en la trampa de unos cazadores. Este guerrero, a pesar de su falta de piedad con los que eran de su raza, decidió liberar al lobo pues el si encarnaba buenos valores para los de su pueblo y se dedicó en los días siguientes a cuidar a ese inesperado compañero que por lo visto el destino había puesto en su camino. Para ambos era curioso mirarse a los ojos el uno al otro y eso era extraño. El lobo se mostraba impaciente pero el guerrero le recordaba que si no tenía la paciencia del cazador entonces quizás no lograra curarse.
-Soy un ser libre maldición, mi ansia de libertad superará a mis dolencias y verás que puedo correr con toda la fuerza de mis patas allá por donde quiero que yo pase.-Y se trató de levantar pero el lobo no pudo a lo que el cazador dijo con toda la tristeza del mundo
-¿Como es que perdiste toda esa capacidad de espera que los lobos tienen a la hora de cazar a su presas en los bosques profundos que la madre Gaia ha creado para ellos?-Y sin poderlos remediar el guerrero se quedó con él esperando a que la pata se le curara.-debes esperar lo que sea necesario y verás que con el tiempo podrás ser tan libre como gustes.-y dicho esto los compañeros se pasaron los turnos de vigilancia.
Con el paso de los meses la pata del lobo se curó poco a poco y este contento salió a correr para perderse no sin antes decirle al hombre que estaba en deuda con él y que algún día sus caminos se encontrarían para que nada le sucediera en las desventuras de la vida. El guerrero le dio las gracias al lobo por la futura ayuda y entonces sus caminos se separaron. El guerrero fue tratando de librar sus batallas y poco a poco cuando se unió a un ejercito que partía a la batalla recordó a su amigo el lobo, que seguramente lejos de ahí anduviera corriendo en libertad con alguna manada. No había tanta diferencia entre los lobos y el hombres.
Los capitanes de su ejército en el que estaba enrolado el hombre por lo visto no tenían idea de que al otro lado de la ladera los esperaba un ejército que un dios malvado personalmente había entrenado y cuando se encontraron lo que debían enfrentar el miedo se instaló en los corazones de los soldados. Los demonios que había en frente inspiraban el mas profundo terror y causaban todo tipo de efectos devastadores en los alrededores y por el terreno que pisaran dejando un rastro de oscuridad y destrucción permanente a su paso. El soldado pensó que ese día moriría pero se concentró en pensar y pensar como derrotarlos. Los que eran sus superiores eran unos incompetentes así que sencillamente se internó en el bosque y llamó por su amigo lobo que no acudió a su llamada. Desesperanzado se dispuso a irse pero un búho dijo desde una rama.
-Tu amigo lobo está ocupado buen guerrero. Yo he sido enviado para a tender tus peticiones de lo que desees. Soy un ser sabio que la madre Gaia y tu amigo han mandado para poder ayudarte. ¿que problema se te plantea?.-dijo con toda la tranquilidad.
-Soy un guerrero que tiene gran fuerza y amor por todo lo que me rodea. Tengo una familia a la que adoro por encima de todo y por la cual temo que caiga en las garras de todos esos demonios. Y se que nuestras armas convencionales no servirán pues es inmenso el poder que poseen- El guerrero claramente estaba bastante preocupado porque no sabía que hacer. Y el búho contestó:
-Por eso tu amigo lobo no ha venido pero ten fe de que venga y entonces ganarás.
El guerrero se fue de ese bosque desconcertado mientras los demonios se arremolinaban alrededor de todo el ejercito que iban a destrozar y a convertir a sus causas llenas de oscuridad. Los soldados que estaban en su regimiento le acosaban a preguntas de que había hecho o si se le ocurría algo a alguien. Y la batalla empezó.
Con la primera hondonada de flechas los arqueros no lograban nada ya que los escudos de los guerreros demoníacos eran enormes y mágicamente paraban cualquier saeta que se les acercara al dueño. Los demonios avanzaban arrasándolo todo a su paso mientras los caballeros en sus monturas dignas de novela y amplia descripción no se atrevían a dar un paso adelante a pesar de toda su impecable hoja de servicios. Con todo el miedo en sus corazones solo uno permanecía de pie y andaba en la retaguardia porque ahí lo habían destinado. Los miedos se avecinaban sobre ellos y les dedicó una mirada antes de apartar a todos sus compañeros a empujones y ponerse en la primera fila. Gritó con toda su fuerza.
-Camaradas, lancémonos al ataque a una muerte que quizás llegue o no pero que sepan esos demonios quienes fueron la pesadilla de sus propias pesadillas, haremos que nuestros rugidos de ira y de venganza se escuchen en los mismos cimientos de la tierra que pisamos, que los dioses sepan de la valentía de los guerreros que crearon en su momento para llenar de diversión sus juegos. Vamos a morir esta noche pero moriremos como valientes y honremos a todos los antepasados que ha muerto por darnos la vida que tenemos. Seamos fuertes y valientes que nuestros dioses, que la madre Gaia y que el destino nos de la fuerza suficiente para plantar cara a esos miserables enviados del mal a lo que venceremos sin remedio de que caiga en nosotros alguna gota de miedo.-y dicho esto se lanzó al ataque con toda su ansia de que le siguieran, cosa que el resto de hombres hicieron
Y entonces de la nada los aullidos llenaron el cielo y los pájaros desde el cielo se lanzaron contra los demonios y picotearon sus ojos dejándolos ciegos y los lobos salieron de entre los bosques dejando toda una marca en los cuerpos de los demonios. El lobo que había sido ayudado por el guerrero se situó a su lado y pelearon lomo con codo mientras los demonios se abalanzaban sobre ellos. Los aullidos salían de todas partes y de esos aullidos salían mas animales que dispuestos al combate plantaron cara en nombre de la naturaleza para combatir el mal que amenazaban con quitarles sus hogares, logrando con la ayuda de los hombres una victoria aplastantes
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