jueves, 24 de marzo de 2011

Partiendo al combate

Las hordas de diablos estaban ya a las puertas del castillo y todos los hombres ahí confinados tenían la formación e información precisa para hacerles ver quienes mandaban y quienes no iban a desaparecer en la oscuridad o en medio de una montaña dejada de la mano de unos dioses en cuyas guerras los sacerdotes de las iglesias los había metido. El comandante le dio las órdenes al batallón que formó en postura de firmes. 


Y miles de picas, espadas y arcos con algún que otro arcabuz se enderezaron esperando las órdenes de que las cosas se empezaran a mover y las armaduras lanzaran un tintineo al aire en medio de toda la marcha de la furia hacia el enemigo. los ojos se posaron en ese solitario hombre de mirada astuta y sonrisa entre irónica y maníaca que los observaba. Era de cabello largo y la verdad se le notaba poco el aspecto de ser todo un soldado hecho y derecho pero nadie le contradecía su especial sexto sentido: el sentido común y las observaciones tan agudas que aveces hacía de cara a las estrategías que debían seguirse para una buena victoria. 


-Vaya vaya, así que ahora tenemos a miles de demonios ahí fuera y por lo vistos me encuentro a una panda de gallinas que no esperan mas que la orden de un superior que dará una jugada de maestro de ajedrez y les guiará sin una sola muerte o baja amiga a la victoria.para eso se nos entrena en la escuela de oficiales maldita sea pero lo que no nos dicen es que mier... que diablos hacer contra hordas y mas hordas de demonios a las puertas de al fortaleza. Pues bien de toda la vida se ha hecho ante situaciones como esta el tener un recuerdo feliz en la mente: el niño y la mujer que nos esperan en casa, las cervezas con ls amigos y las anécdotas que contarnos unos a otros con el paso del tiempo o lo que sea, hasta puede que algunos de ustedes hallan sido metidos en esta empresa por demostrar que son algo mas que poetas frustrados en busca de emociones fuertes: porque hoy las van a tener. Por favor sencillamente cierren los ojos y piensen por un momento mientras yo rezo por las almas de todos ustedes. 


Con un pequeño salto, el comandante de bajó de la tarima desde donde dio ese pequeño discurso y les dio un minuto a todos para que se concentraran en lo que iban a afrontar con tanta determinación que era el recuerdo de todo aquello que los esperaba a la vuelta de los combates que estaban a punto de librar. Una gota de lluvia cayó y a esta le precedió otra y otra mas a continuación. La lluvia asemejaba a las gotas y las lágrimas que habían visto brotar de los rostros de los seres queridos. Los soldados evocaron esos rostros llenos de pena y estos se fueron formando mas realistas en su mente. El comandante se encontraba en la misma tesitura mirando el retrato que había en la pared de ese hombre que lo había instruido en las artes de la guerra y lo había abandonado en medio de campo de batalla hacía mucho tiempo, aquel hombre que le dijo que todo estaba ya en su mente y en su corazón, que ahora debía de guiar solo a sus camaradas a las victorias


´´Debes ir siempre con la verdad por delante porque sino tus hombres dudarán de ti y aunque algunas decisiones no les guste al menos sabrán que las tomaste pensando en lo mejor y no les ocultarás nada en lo mas absoluto´´


Un suspiro se abrió paso a través de los labios de ese hombre de andar triste y lento cuando había lluvia y que parecía no importunarle lo mas mínimo. ya había pasado el tiempo suficiente para que todas esas almas interiorizaran lo que les iba a suceder y parecía que los ánimos estaban por los suelos así que decidió usar su arma secreta. La palabra sincera y la fé en todo lo que le movía.


-Sienten eso que cae en sus rostro señores? Son las lágrimas de los ángeles que están mirando a miles de soldados valientes y que se encuentran bajo el asedio de las fuerzas del mal, de lo irracional, de fuerzas que cumplirían nuestros deseos mas oscuros a cambio de una cosa que es nuestra alma y nuestra libertad. ustedes nacieron libres y bajo la misma condición que yo así que se podría decir que sois hermanos míos, y me siento honrado de poder ser el que encabece la marcha contra esa abominables criaturas llenas de odio hacia todo lo que se mueve y no pertenece al misma pleno astral que el nuestro. Nosotros somos una fuerza conjunta que se mueve por dos cosas: El amor a nuestro país que nos ha enviado aquí y a quien le aclararemos unas cuantas cosas cuando volvamos y por la fe en todo lo que creemos. Vosotros debéis luchar ahora, enzarzaros en la mayor batalla de vuestras vidas, una batalla en la que quizás deis la ida pero por al cual os cobrareis a unos cuantos de esos pequeño y grandes bastardos que nos esperan ahí fuera con la misma sed de sangre que vosotros, porque ahora os alimentáis también de sangre de demonio, sangre que pensáis convertir con vuestra fe en una luz tan cegadora que no el mismísimo dios de la oscuridad que manda a ese infame enemigo pueda esconderse en el mas apestoso de sus agujeros. Así pues seguidme a los mas hondo del infierno-


A un grito de guerra se puso a la cabeza de esa fuerza de ataque con todos los hermanos suyos a sus espaldas siguiéndole enfervorecidos en medio de miles de alas que s cernían sobre ellos como una feroz criatura a l e plantarían cara fuere como fuere. Un único pensamiento cruzaba la mente de ese comandante tan aguerrido


´´llevo la verdad y a mis hombres a la victoria padre´´

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