jueves, 11 de agosto de 2011

El caballero doliente


Ha visitado las casas mas humildes y los palacios mas prósperos. No saben la idea de las grandes mentes que se echan a perder y que son tan capaces de construir un punte como de inspirar una revolución con unos pocos susurros. Pero ante todo deberían de mirar ese aspecto que tanto me gusta de resaltar por encima de todo y la elegancia con la que muchas damas de cortes y de pueblos resaltan las tentadoras dotes que poseen a la hora de mostrar al mundo cuando deliciosa es su sangre. Sus viajes no tenían nada que envidiar a los grandes exploradores que partían por meses o años a lugares dejados de la mano de Dios para poder hacerse un buen renombre entre sus compatriotas. Los mundos por aquel entonces estaban por conocer. El nuevo y el viejo mundo no se diferenciaban en grandes cosas pero lo interesantes era cuan viajero era el caballero de esta historia. Las motivaciones que lo impulsaron a todo esto que se va a narrar aun son desconocidas pero cualquiera que lo lea debería de juzgar no solamente esos ´´crímenes´´ sino también su propio interior al leer y seguir leyendo con morbo lo que se va a narrar. 


Su nombre no será revelado pero era una persona atenta, amable, de buenas maneras, educado por una familia de buen renombre que no tenía nada mejor que hacer que dedicarse por entero a un hijo que tenía grandes inquietudes culturales y que pronto se animó a aprender cosas mientras los demás niños jugaban. Sus conocimientos lo llevaron a levantar la admiración de propios y extraños, que se mostraban sorprendidos por lo que se niño o mas bien joven gustaba y sabia hacer. En lo físico nunca fue destacable: no poseía la gracia del señor a la hora de deslumbrar a las damas con su belleza, ni tampoco el físico poderoso de los legendarios soldados, mariscales, exploradores y demás hombres que dedicaban la vida a tareas que requerían del ejercicio constante para poder forjarse la fama de aguerridos conquistadores o magníficos generales. Él sí que quería hacerse a si mismo con ayuda constante de tipo intelectual tanto a soldados como a grandes multitudes de ciudadanos. Ahí donde se le requería siempre estaba al poco tiempo, incluso se le elogió al punto de crear la leyenda acerca de que era capaz de estar en varios lugares a la vez. Pero algo truncó sus buenos principios y una entidad se metió de por medio en su vida. 


En cierta campaña militar, un ataque de bandidos y mercenarios enemigos quiso llevarle la desgracia en forma de mujer. Fue capturado e interrogado en una suerte de vocablos extraños que este hombre no había oído en su vida. Las palizas y los métodos de tortura se siguieron durante un largo periodo de tiempo que al hombre le parecieron meses o años, claro que en realidad no fueron mas de unas pocas semanas. Con unos cuantos trozos de piel arrancados, dio a parar a una celda en la que un buen día, en medio de los delirios por la enfermedad que se le empezaba a formar, supuestamente una diosa acudió a su rescate. Nunca olvidó lo que le dijo. En el idioma de las antiguas civilizaciones le dijo que podría salir de ahí pero a cambio debía de sacrificar sus buenas obras para vagar por el mundo en busca de al sangre con la que alimentarse por siempre. Nada podía hacer el caballero por resistirse a la petición de la dama de plateados cabellos que parecían ondear sin necesidad de viento alguno. Así es que aceptó y sin previo aviso la leyenda negra de caballero doliente surgió. 


Salió de ahí pues asombrosamente lo habían dado por muerto. pero no lo estaba, ni lo estaría jamás. Con las palabras de esa diosa nocturna lo primero que hizo fue tratar de encontrarla pero nada, ni una pista y entonces topó con el primer objetivo de sus aventuras. En medio de una pradera se encontraba una aldeana que al verlo, no pudo por menos que acudir a salvar a ese poco agraciado pero gentil hombre que con maneras de lo mas educadas había suplicado ser ayudado por la Providencia o por un matasanos.La aldeana lo cuidó pero antes de lo que se pudiera decir en cualquier aventura, pronto la ayuda desembocó en un deseo y unas ansias ardientes.Los lamentos dieron lugar a gemidos de dolor y posteriormente de placer. Una virginidad mancillada y unos cuantos cortes en su cuerpo fueron únicos testigos de una historia que no duró apenas unas horas. Al darse cuenta de su atrocidad, los arrepentimientos del caballero doliente renacieron de una forma u otra. Ante él pasaban cada noche las imágenes de como sus presas caían de forma fulminante, sintiendo la mas densa misericordia en sus bondadosos corazones. E incluso las menos bondadosas se rendían, quizás con ánimo de lujuria o por ánimo de detentar un poder que escapa a las manos de Dios. 


Tras dejar unos cuantos corazones rotos en ciudades pobladas por bellezas de aspecto puramente ario, sus pasos dieron con una fiesta en el medio de una noche de luna llena. Todos los invitados estaban presentes con sus mejores galas pero él no se había quedado atrás y por un par de favores que había realizado en el pasado, se agenció algo que no lo hiciera desentonar en exceso. Dejando atrás a una doncella hija de un dique y una prostituta cuyas filias dejaron exausto al caballero, se interno n la fiesta con la esperanza, tras muchos años de aventuras, de poder ver en una noche tan mágica a ese mágico ser que lo había puesto en una vida tan mal llevada por los años y los asesinatos.Y aunque no encontró a nadie que mereciera el apelativo de ´´diosa´´ si que logró captar la atención de alguien que a su vez hizo recíproco el sentimiento. 


Ella estaba quieta, mirando la luna, ligeramente apartada de la multitud. La miró y esta sintiéndose observada giró un rostro de marfil en los que dos lagos azules brillaban de una forma significativamente fría. No solamente la frialdad era un rasgo de su mirada sino también la detentación del poder y el saber que su atractivo estaba en boca de todas las damas envidiosas de esa fiesta. El hombre la miró extasiado por unos instantes y la mujer se contuvo de hacer una locura también por unos instantes. Dos ojos tristes se miraron cara a cara con dos ojos fríos y corruptos. Una sonrisa de maldad y engreimiento recorrió el rostro de la dama y entonces ante una teatrillo de actos que no serán descritos, el baile empezó de forma lenta. las miradas no se apartaban y sus manos exploraban la cintura de ella y los delgados y huesudos hombros de él. La música era lenta y el hombre miraba esos ojos preguntándose por el origen de tanta pasividad ante lo bello aunque para el trágico de la vida. 


-Se lo que eres-dijo ella en su momento, algo que a él le causo el impulso de preguntar ´´Pues entonces dime que eres tu´´ pero habría sido demasiado presuntuoso.-Eres un ser maldito, que solamente se mueve por el deseo de la sangre.Eres un vil asesino que no desea mas que causar mal en el mundo- las hirientes palabras de la mujer solamente causaban la confirmación de las ideas de ese ser abyecto y febril por la falta de ese néctar de dioses que debía de consumir.-Seré benevolente contigo -Dijo de forma fría y sin darle la mas mínima importancia se lo llevó lejos de ahí. El Caballero doliente no se podía creer esas acciones. En medio de una habitación ella lo tumbó en una cama cómoda como no se había imaginado el buen hombre en su vida. Cuantos echaba de menos una cama en la que reposar quizás por un día o por siempre. 


Ella le ofreció su cuerpo con abierta pasión, pasión que recorría la piel de su cuerpo pero en medio de los jadeos y los gemidos el caballero veía que en su mirada no había placer, no había nada. En un acto de domesticación, la mujer, tras creerse vencedora de toda esa batalla ofreció su muñeca con un ligero corte incidido en medio de la pasión. Los pensamientos de ella tenían por objetivo encauzar la sed de su nuevo esclavo en una obediencia ciega.Estos pensamientos no fueron leídos por el caballero que bebió pero cual fue su sorpresa que esa sangre no era normal. Estaba fría, y tenía un sabor tan amargo, tan agrio y sobretodo tan podrido que no podía por mas que apartar de esa herida sus labios. Era la primera vez que renegaba al placer en aras de la virtud del sabor de al sangre. 


-Soy un asesino, un ser sin alma. pero Tu estás realmente vacía., tengo cada nombre, cada rostro, cada matiz de su sonrisa en mi mente, lo tengo grabado a fuego, para bien o para mal.muchas de ellas siguen vivas, esperándome, otras por desgracia murieron por enfermedades que no tienen nada que ver conmigo. En todo momento las traté con delicadeza, y aunque muchas me querían usar siempre encontraba algo bueno subyaciendo en mi interior y en el suyo también, pero usted, sea quien sea, sean cuales sean sus orígenes debería de abandonar este mundo para no causar mas mal del que yo ya causo con mis controlados excesos. 


y sin mas. reuniendo una poca dignidad y algo de suerte, pudo abandonarse a los brazos del amor que encontró en sus siguientes viajes. La dama de ojos azules murió... o quizás recibió el castigo de vivir en su inmundicia. 

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