Con pasos seguros los ojos recorrían el lugar en busca de su presa, de esa criatura que le daría un hálito mas de vida en los múltiples siglos de vida que ya tenía recorridos. Sus pasos lentos, casi ceremoniales le llevaban entre todo tipo de personas vestidas de diversos colores que centraban su mirada en el como depredador o como amante perfecto para noches perfectas como era su rostro. Una sonrisa de Arrogancia arrebata secretos suspiros a todas las mujeres presentes y a algunos hombres que no son en absoluto el objetivo de ese ser enmascarado en angelical aspecto que recorre sus vidas con pasos lentos y seguros mientras cara a cara va devorando miradas en busca de una mirada en particular, de esa mirada que vio hace tanto, que había tenido delante y había mirando durante muy poco s años de su vida hasta que la enfermedad los cerró. Esos ojos que lo obsesionaron hasta el punto de quererlos ver una vez mas cuando sus investigaciones sobre la reencarnación le hicieron enloquecer y se dedicó durante siglos a buscar a la duela de esos ojos. Él era una de las criaturas mas mortíferas que se pueda encontrar cualquier ser humano desafortunado y condenado a morir. Sus malignos objetivos no se dejan ver en ningún momento solamente pasea entre esas potenciales víctimas que lo miran a su vez embelesadas por una presencia que los ignora a ellos, que solo se centra un sencillo segundo en sus personas para dar con el paradero de sus ojos soñados pertenecientes a esa persona que lo enamoró cuando los crímenes de sangre que ahora manchaban sus manos eran inexistentes.
Una valiente que se cree con la capacidad de captar su atención le bloquea el paso de la forma mas sensual que se pueda ver en la noche de cualquier gran ciudad. Ella lucia los vestidos cortos de las mujeres que saben que son atractivas y pueden lograr todo con el sensual movimiento de sus caderas, una ramera de todas esas que poblaban la noche a la par que sus compañeros nocturnos., en busca de una placer superfluo que en su vida podría llegar a sentir con toda la intensidad que ese maldito, ese miserable asesino y ladrón de almas era capaz de hacerle sentir. Sus manos se paseaban por su propio cuerpo incitando a una de las entregas mas seguras que cualquier desesperado en busca de sexo pudiera tener siempre y cuando se prometerían una gran hombría dentro de los pantalones. la multitud le hizo un hueco a esos dos, a condenada y verdugo que se quedaron a solas en la pista. Ella segura de estar logrando el propósito de llevar a ese hombre con mas dignidad que ella a donde sus dominios se erigían pero nada mas lejos de los pensamientos de ella ya que él, ese vampiro de sangre y almas estaba pendiente de todas las miradas que estaban a su alrededor, fijas en él a la busca de la que precisamente no se fijaba en él o incluso la rehuía.
Y la encontró.
A lo lejos, en la barra, en una parte de sombras donde nadie mas había que no fuera ella y el camarero que le estaba dando algo de conversación ya que nadie requería algún refrigerio para frenar la sed o el hambre que daba tantas horas entregadas al baile y a las palabras vacías que solo buscaban un polvo de una noche con alguien que les podría causar la perdición a todas esas pequeñas demonios que quedaban embarazadas por la falta de precauciones. Ella estaba como ya se dijo quita, hablando con el camarero que se empeñaba en captar toda la atención de la chica. Él no vaciló y dejó a la furcia en medio de la pista a la cual no tardó en unírsele toda una recua de salidos y depravados. Avanzó a través de las masas ya sin pedir permiso y sin importar a quien dañara por el camino o a quien pisara o a quien lesionara en medio de ese desquiciado avance que tenía que mantener como fuera amparada en la tranquilidad pero sin dejar de someter a toda clase de urgencias esos veloces movimientos que lo hacía nadar entre la gente con la soltura de un delfín en el mar. Se acercó a ella y la miró como en medio de una especie de trance qe sintió hace ya muchos siglos cuando la miró. Ella estaba igual que siempre. Después de los siglos y la dulzura de su humanidad no se había perdido a pesar de las vidas pasadas. porque la estuvo persiguiendo durante siglos y seguramente murió mas de una vez antes de que sus caminos se encontraran. Esa dama, una verdadera dama con toda la dignidad y elegancia de una dama, que lo miró entonces en un momento final que fue la apoteosis y un tsunami de emociones que se apoderó y por el cual en una vez con muchos siglos de diferencia una sonrisa de felicidad se aposentó en sus labios carnosos perfectos de esos que piden ser besados pero que en ese momento solamente deseaban abalanzarse sobre los labios de la persona que amó con toda su esencia. Y ella lo miró y pareció reconocerlo por la cara de extrañeza que puso y un shock que no tiene cabida en descripción en esta historia seguida de unos tímidos pasos que se acercaron a el. Y él que de tener corazón ya estaría taquicárdico perdido pero no podía estarlo ya que él no tenía corazón latente. Sin mas ella le habló con esa voz que lo había enamorado miles de veces.
-No se quien eres, pero hemos tenido algo especial en el pasado y querría compartirlo contigo de nuevo. Yo no me sorprendo por estas cosas ya que admito ser especial y no es ego pero sencillamente no puedo estar contigo. Eres un ente, un fantasma del pasado con el cual compartí muchas cosas especiales cuando yo era otra persona. Siento de corazón herirte pero en esta vida mi corazón pertenece a otro hombre.-Tan fatales palabras lo mataron por dentro y él permaneció estoico mientras la sonrisa se borraba y la tristeza subía a sus ojos.- No estés triste- le dijo ella acercándose y acariciando ese rostro frío que no deseaba de desbordar pena entre miles de pensamientos homicidas y delirantes- Suena egoísta pero mereces a alguien que te haga feliz así como yo encontré a alguien que me hace feliz cada segundo de mi vida.
Como por invocación una figura se acercó por un lateral de ella. El camarero rodeo su cintura y le besa los labios ignorando la presencia de la destrozada y descorazonada figura que miró a ese hombre que poseía una sonrisa como él de viva arrogancia pero que en sus ojos tenía la llama de la esperanza la bondad y sin duda la semilla de la vida con la que engendraría a tantos hijos sanos y fuertes. El hombre muerto miró a ese ser lleno de vida, a ese enemigo potencial que ya había ganado la batalla para su desgracia o fortuna. No hizo mas entonces que acercarse a ese camarero de un antro de baile cualquiera en una ciudad cualquiera y lo miró a los ojos. Este automáticamente le estrechó la mano para sorpresa del ser y no parecía haber sorpresa en la frialdad que la piel del vampiro ofrecía. Sin mas dilación el no-muerto dijo.
-Ámala y cuídala como yo intenté en su momento y no logré.
Sin mas dio media vuelta y se fue a entregarse a la noche y al pecado entre gemidos de dolor y lágrimas de sangre.
Como siempre tus escritos me dejan con miles de preguntas sin respuesta y pensamientos inconexos que en algun momento tomarán forma y tendrán sentido.
ResponderEliminarLo he escrito por escribir y por expresar, efectivamente, una honda e inconsciente preocupación sobre mi vida sentimental pero bueno todo se andará y paciencia encanto que es lo que nos hace falta a muchos. Aun así quiero decir y añador que me va de maravilla con ella y sus grandes sonrisas que pone en mi corazón
ResponderEliminarMe alegra saber que os va de maravilla, como te dije en algún escrito anterior, sois un ejemplo a seguir y, para que negarlo, me dais envidia, sana, pero envidia ;)
ResponderEliminarAlgún día tu me la diste a mi y algún día me la darás
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