Miedos muchos hay en el mundo pero ninguno se compara al de saber que perderás a la persona que amas y esto le sucedía al caballero que en ese momento se hallaba mirando al mar en medio de elucubraciones de todo tipo, guardando para sus adentros todas las congojas que lo estaban asfixiando en esa delicada armadura de formalismo que el presentaba siempre ante el mundo. los terrores mas penetrantes lo miraban a través de los huecos hendidos por la vida que su mente tenía, Y es que era débil a veces y mas sabiéndose enamorado de la persona mas maravillosa del mundo, a la cual cada San Valentín le caían cientos de regalos y a la cual todos deseaban pero por lo visto según malas falacias de los mas mentirosos predadores de al libertad no podían amar pues su sensibilidad se circunscribía a la mera obcecación de los sentimientos, a su interrupción con alambres de espino hechos de crueldad y malas intenciones para con la integridad física y mental de ese ángel que el destino le había traído, un ángel que había logrado que el creyera en una Dios bondadoso y que traía buenas cosas como ella lo era para el. Pero si no podía contentar a una mujer, ¿como sería capaz d contentar a un ángel que tan poco pedía? ¿como contentar a una criatura que tan solo en su fuero interno deseaba besarlo (o eso él pensaba) y abrazarlo? Si solamente le debía de hacer el amor entonces por que no se lo hacía?
-Por que no era una buena época para los dos- dijo al viento cuando este le pregunto a su mente. lo dijo con su voz y lo pensó con su mente y su corazón.- Porque nada de lo que había en ese momento nos impulsaba a consumar el acto amoroso- continuó.- Es algo que lamento profundamente, tengo el recuerdo de cada palabra clavado aun varios días después en mi alma. me gustaría no ver lo que vi, ni escuchar lo que escuché. Yo dudé de la bondad de ese ángel que se definió a si mismo como hermoso y anunció a mi persona la necesidad de alguien que quizás le diera mas satisfacción que mi exánime y patético organismo. Ella conoció a miles de personas que valen mas que yo y ya ni mis palabras le sirven. Yo le prometía y le prometía y ella no escuchaba. -Su departición retórica se vio interrumpida por la bofetada de una ola del mar que con rabia volcaba su frustración ante tanta cháchara en contra del locutor.
Así termina este monólogo y algún día, sumido en soledad...la vida del monologuista
El veneno corre por mis venas, siento rabia y ya no siento pena...
ResponderEliminarSiento el estallido de rabia de antes, pero era por tu bien.
Te quiero