martes, 9 de agosto de 2022

El ministro rebelde.

   A la salida del parlamento un enjambre de micrófonos rodeó al presidente de la nación. En su rostro había un gesto descompuesto. Habló durante mucho tiempo, no tanto como sus intervenciones durante la sesión pero sí que quiso aclarar lo mas posible todo lo que se había vertido desde la bancada de su partido y la coalición. De los hombres mas guapos de España según las señoras y los señores que avocaban por un modelo que según algunos era totalitario. Hoy, al parecer, así se había confirmado 
   -Señor presidente, ¿Qué opina sobre las declaraciones del ministro de Educación en cuanto a... bueno... todo?
   El presidente guardó silencio tratando de ordenar las ideas. Su rostro diríase que hasta palideció. 
   -Sin duda han sido declaraciones algo polémicas, bastante fuera del habitual discurso de consenso de nuestro partido y las pretensiones del señor ministro serán analizadas y se ejecutarán las medidas pertinentes. Muchas gracias, que tengan un buen día.-Dijo apresuradamente ante la avalancha de nuevas preguntas. La sonrisa antes de subirse al coche constató su nuevo puesto como hombre mas guapo de España en la revista Hola. 
   Los periodistas se dedicaron el día entero a buscar nuevas presas. Los informativos y las redes sociales ya parafraseaban las palabras de aquel ministro rebelde que parecía haber centrado toda su atención en sí mismo y en sus ideas "personalistas, dignas del mas inconfundible monstruo de la historia: Stalin, Lenin o cualquier líder social-comunista actual" según palabras del único diputado mitad español mitad ewok con cinco corbatas puestas una detrás de otra.
   La ministra de trabajo sonrió mucho. Muchísimo, demasiado. Era algo exagerado como sonreía. Como buena ministra de trabajo que se precie trató de aclarar todas las dudas sobre sus declaraciones propias y dentro de su campo concreto de cartera: el cambio climático. Las nubes, las muy hijas de puta, no se habían presentado en unos cuantos días y la gente andaba muriéndose por el calor. Prometió, como solución, mas facilidades fiscales a las empresas privadas para que compraran algo. No se, lo que fuera. A la pregunta de un periodista sobre las condiciones laborales esta aseguró que le encantaría asumir la cartera de trabajo pero no estaban en el poder. 
   Llegó entonces aquel ministro que todos en la bancada contraria tachaban de poco mas que adorador de Satanás. El hombre, con rostro afable y una cierta barba necesitó unos cuantos minutos para esclarecer que su formación no aprobaba esas palabras llenas de confusas afirmaciones destinadas a la "desunión de España". Aludiendo a una cena de fetos de niños y niñas (como buen comunista inclusivo) abandonó el lugar a pie porque los comunistas no pueden tener coche.
   Tras unas cuantas personas mas llegó el protagonista de la polémica. Con un andar desgarbado y una mirada perdida en sus propios pensamientos. Todo lo aderezaba una sonrisa de cierta satisfacción personal. Salía sin corbata, acorde a las normas medioambientales actuales, que sin duda serían la piedra de toque para salvar al mundo.
   -Señor ministro.- Dijo una amable señorita que parecía congeniar con las ideas del susodicho.-Parece ser que ha causado cierta polémica. 
   -¿Polémica? ¿Yo?.-Dijo el hombre con cara de repentina sorpresa.- La polémica es algo que no me va, si le soy sincero. Al menos no ajustada a la definición actual de polémica. Yo no me he cargado ningún niño en Gaza. Pero venga, cuenten cuenten ¿Que salseos hay por aquí? 
   -Se afirma que usted pretende, con sus declaraciones dignas de dictador comunista romper todos los objetivos democráticos para generar tensiones cada vez mayores y dinamitar el consenso español.-Dijo un hombre enjuto y cejijunto que no alcanzaba mas del metro cincuenta. En su vestuario destacaba una camiseta que decía "Mi ewok favorito" con la cara del señor diputado que había hablado anteriormente. 
   -Uno dice unas sencillas palabras dedicadas a advertir a la oposición sobre sus enemigos internos y ya le tachan de malmeter. Yo solo dije, ateniéndome a las palabras de algunos de sus diputados en aquellos tiempos locos de juventud, que los rojos y los maricones campaban mas a sus anchas por sus propias filas que por las nuestras. Que lo mas rojo que he visto en estos días es la corbata del presidente, que por cierto, combina muy bien con todo lo que se pone. Que guapo es ese hombre.  
   

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