lunes, 10 de diciembre de 2012

El campo de rosas.

La luna desvelaba sus ojos como dos bellos faros en medio de la oscuridad. Los hacía brillar hasta el punto de parecer la aparición de un ser casi astral que ha descendido de los cielos para dejar una huella indeleble en aquel que ahora la tenía entre sus brazos. Las miradas que se dirigían estaban teñidas del sentimiento profundo que podía unir a esas dos personas y llamaban amor pero ellos o al menos él no quería usar esa palabra por motivos totalmente estúpidos, irracionales, infantiles y contaminados por muchas cosas oscuras. No había mas esencia que la de la magia flotando en el ambiente donde cada uno de los presentes (que eran dos) se dedicaban por entero el uno al otro. Tan inesperado había sido todo aquello, tan sorpresivo y sí, reiteradamente mágico, que aun la cabeza a ese hombre sencillo le estaba dando vueltas. Tanta había sido la espera y a la vez había pasado el tiempo como un relámpago. La ternura llenaba sus ojos, casi al punto de llorar de emoción. Los dedos repasaban ese fino rostro que a él le sobrecogía de tan bello que era, de tan proporcionado y exquisitamente esculpido que estaba. Esa diosa correspondía a su mirada mostrando la calidez de un día sin nubes en un eterno verano.

Los dedos continuaba su tarea de repasar cada rasgo, cada pequeña curva que definía a sus ojos la esencia misma de la belleza interior y exterior. No cabía en sí de la alegría misma de tenerla entre sus brazos, acompañándolo esa noche con su miada, su sonrisa, quien sabe si algún sonrojo por parte de él o de ella. A pesar de la quietud presente, de la calma del ambiente, no había señal de aburrimiento. Se miraban mutuamente en los que los dos se fueron quedando dormidos poco a poco. Acercándose inconscientemente para abrazarse, protegiéndose de los peligros que acechaban la noche. Aunque esa noche era muy tranquila nunca se sabía cuando las cosas se podían torcer. las estrellas destellaban enviando pequeños guiños de esperanza que podían dar algo de paz al corazón de los arrepentidos y mucha mas fe a los corazones nobles y libres de culpa. En aquel momento no necesitaba nada mas que su compañía y al tenerla se sentía completo.

No había mas necesidad de nada. Ni siquiera de respirar el aroma de las flores que los rodeaban en ese momento, todas ellas, unas bellas rosas azules que los ocultaban del mundo y solo los dejaría visibles antes esos brillos titilantes de las estrellas. No se esparcía en el ambiente otra cosa que no fuera la quietud mas absoluta entre aquellos dos seres durmientes, que compartían tantas cosas y al mismo tiempo eran tan diferentes. Los árboles de alrededor de ese campo de flores susurraban mas discretamente de lo habitual para no perturbar la paz de los durmientes, los animales habían callado para el mismo propósito. Todo era de una pureza antinatural, falto de pecados o de tragedia. Algo realmente bello. Todo desprendía un brillo propio, desde la hierba hasta los troncos de los árboles. Las dulces manzanas, naranjas y otros tantos deliciosos frutos de la naturaleza también emitían un brillo propio. Miraba la luna a tales criaturas y de su blanco rostro emergió una lágrima sola. Tanto que se había luchado por lo que ahora se desenvolvía frente a sus narices. Tanto sacrifico y algunas veces tantas lágrimas

Pero al fin estaban juntos, entrelazados las piernas y los brazos en un gesto de entrega mutua, frente sobre frente y momentos antes mirada sobre mirada. Y profundamente dormidos, soñando con a saber que cosas. O quizás soñando con nada. El tiempo pasaba con una lentitud pasmosa, casi la mas tortuosa de las condenas para el que va a ser ajusticiado o el que espera algo con muchas ansias. Los vientos no estaban presentes pero si la brisa que acariciaba el cabello de ella y de él. Una pequeña sonrisa se fue extendiendo en sus rostros como si compartieran sus sueños en ese segundo, dejando a los observadores celestiales toda cuanta hipótesis se pasara por su cabeza. Se acercaron un poco mas e inconscientemente él la envolvió mas entre sus brazos, protegiéndola de todo ese mal que los pudiera separar. Un dulce ´´te quiero´´ se escapó de los labios de ambos y al momento los ojos se fueron abriendo, encontrándose sus miradas en lo profundo de aquel lugar. Se miraron en silencio, con una sonrisa en los labios y compartiendo cada pensamiento sin una sola palabra, sin necesitar del habla para poder expresar con claridad los deseos mutuamente compartidos. La timidez los envolvía y sin embargo se sentían capaces de todo en ese instante. 

Los labios se unieron en un lento beso que no dejaba lugar a dudas sobre una adoración largo tiempo callada. Un aliento cálido se mezclaba con otro dejando notar en el interior de las bocas los hálitos de una respiración que se entrecortaba a medida que las pieles iban friccionando la una con la otra. Un brazo rodeó esa cintura que se movía a veces al son de la música con una sensualidad hipnótica como la serpiente que envuelve a su víctima y la devora antes de que el pobre animal se de cuenta de su fatal destino. Mas cerca, mucho mas cerca. Se necesitaba mas calor, mas oxígeno de esa boca que ahora se adaptaba como el hierro fundido al molde de una espada forjada entre los cuerpos de los amantes. Dejaba la calma y la quietud paso al deseo y el frenetismo de un reencuentro entre lenguas, entre manos con las pieles como campos de batalla sembrados de llamas infernales. Se consumía la cordura entre estertores de muerte y ahora era l pasión la que reinaba poco a poco. Todo alrededor de aquellos dos seres antinaturales, una por su belleza y otro por su deseo de ella, se movía como si el lugar hiciera el amor consigo mismo. 

Dos bailarines encarnados en la forma de unos extasiados labios, de vez en cuando uno junto al otro y otras separados, exploraban el fino cuello que hacía notar la alteración en al sangre. Paralelamente dos bellas piernas hechas para un baile de mil danzas rodean una delgada cintura encimándola poco mas allá de las caderas del amante, atrapando a ese ser inmerso en el mas absoluto de los deseos, rozando la pecaminosa lujuria que ahora se tornaba una prohibición vana. El susurro de un nombre se expandió por todo ese mundo como un grito que clama y reclama una y mil veces lo innegable. Las pieles se acercan mucho mas, al borde de fusionarse uno con otro, un hecho no del todo imposible de seguir ese peregrinaje de besos que adelantan la coronación suprema de la devoción a la amante. Mil palabras incoherentes son susurradas en ese discurso inicial de pequeños sonidos, dos nombres solo escuchados por oídos de ambos no cesan de repetirse en todo ese claro, susurrados de igual modo por la brisa entre las flores prendidas en llamas de concupiscencia exótica. 

En la confluencia de una mirada mutua, el beso que sigue es la señal inequívoca del maravilloso acto ahí desarrollado. Dos universos se fusionan en medio de suaves y tentadores movimientos de cadera en los que nada es mas puro que ese acto de entrega total. Los dedos de aquel hombre pasean por el fino rostro de una diosa que ardía a su misma temperatura, consumando un acto de lento frenesí. las miradas no se separaban la una de la otra. Solo eran parte de aquello dos la ternura, la delicadeza, el respeto, el fervor, la adoración, el deseo. Los pasos no eran una tonta y sencilla rutina, se sucedían unos a otros entre pequeños jadeos y gemidos ahogados a veces por un lento y suave beso, seguido de una sonrisa prendida en el calor de esa pacífica batalla, como una antorcha que iluminara ese espacio sin tiempo aparente que pasara ni lento ni rápido. No los retenía la obligación, nada les ordenaba separarse. No era nada mas que aquello lo que corroía la apatía, la tristeza, haciéndola desaparecer en lo que el ritmo de ese baile aumentaba con el tiempo. 

La danza era un peregrinaje, y ese peregrinaje sin ruta era quizás el acto mas bello de entrega entre dos personas que se quieren, lo mas puro que puedan llegar a alcanzar dos amantes que largamente se han buscado entre uno y otro mundo, dentro y fuera de sus propios límites de realidad. Aquella mujer bendecida con el don de la confianza, la amistad y la pasión le regalaba un momento inolvidable que siempre quedaría grabado en la mente de ese guerrero dispuesto a morir por aquella sonrisa. El éxtasis súbito de todo aquello fue tensando los cuerpos incluyendo al templo de devoción de ese caballero que adornaba la perfección de su amante con extasiados besos y susurros, entregando versos llenos de verdad a sus oídos. Con una delicadeza y firmeza antinaturales entremezcladas, un beso apasionado fue la culminación de algo realmente bello en una explosión de placer que los hizo volar entre las nubes, llegando al sentimiento mas puro e indescriptible. Los alientos entrecortados se buscaron al igual que las miradas, que deseaban expresar lo mágico de esa sensación. 

Tumbados entre  las rosas azules, vigilados por las estrellas, dos amantes se prodigaban el mas puro sentimiento ente miradas y las mas agradable de las duermevela.



7 comentarios:

  1. Que bello escribes, es como si quitaras las emociones de los lectores que se encuentran con tus entradas, y las devolvieras llenas de pasión, como si dulcemente quitaste pensamientos y deseos ocultos en mi, que bello escribes repito, espero te encuentres bien, y tengas bellos días, Saludos :3 es un honor poder leer tu blog (:

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    1. Muchas gracias querida Ponte_Dei_Sospiri. Es uno de los comentarios que mas me han motivado si no el mas motivador que pueda encontrarse alguien como yo. Puedo apreciar el don de la palabra que hay en este comentario aparentemente tan corto en extensión pero tan largo en expresión.

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  2. Que admirables son tus palabras, llevan la sutileza, la madurez, definitivamente tu blog ha sido el más hermoso que he leído, debería darte las gracias yo, por poder admirar tu Don, he leído muchas de tus entradas, dejas una satisfacción, das un privilegio de poder conectarse con tus palabras, y sentir real lo que describes, te felicito!

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    1. A eso si que debo de discrepar o al menos ha de ser muy corta tu vida bloggera para que hagas semejante juicio sobre la superioridad de mis palabras, la cual debo decir que es a veces inexistente. Pero de nuevo gracias por tan amables palabras. Es todo un placer para mi poder causar esas sensaciones en la gente.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. No desprestigies tanto tus palabras, aunque está bien que seas modesto, la humildad es algo que se ha perdido y no soy la única que piensa que escribes hermoso, al menos a mi me sacaste bastantes emociones (:

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    1. Me has dicho algo que yo siempre le digo a mis aconsejados y que mis consejeros me han dicho otras mil veces. Hasta me ha sacado una sonrisa en mi rostro de piedra. Gracias querida Ponte_Dei_Sospiri. Trataré de que la siguiente entrada sea mejor aun...aunque eso ya es lo que trato de hacer siempre.

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