lunes, 19 de agosto de 2013

Pensamiento de escritor 9: sobre la guerra civil y el pensamiento político propio

En este bello país dividido desde hace tanto por una guerra civil se ha establecido otra división a raíz de las primeras batallas entre las generaciones siguientes a la de la contienda. El ejemplo mas clásico lo ha dado Iker Jimenez en una de sus reflexiones. Un pueblo cualquiera de España, hecho de cuatro casas y en una de esas casas hay un altar dedicado a un soldado nacional por haber caído ante los republicanos: y justamente dos casas mas allá (ni una ni tres, sino dos) hay un altar dedicado a un republicano que murió por culpa de los nacionales. Esta división de España, cruel e ilógica pero con un extraño sentido para las familias, ha dado lugar a otros tipos de enfrentamientos.
Ya en los primeros años de la democracia se podía ver a niñatos de 20 años decir que lo dieron todo por España, como si de la reencarnación del general Mola se tratara. Lo que pueden dar es unas gotitas de semen dentro del vientre de su novia y ocho horas de trabajo diario menos los fines de semana y fiestas de guardar. Esto fue el precedente de la época actual en la que vemos a chavales de 22 o 23 diciendo que son republicanos o bien de la falange española, un movimiento ya algo menguado y desposeído de toda modernidad (aunque las chicas, eso sí, muy monas y sonrientes). Por parte de nuestros aguerrido republicanos tenemos cosas como "el PP es una mierda, Rajoy es un cabrón´´ etc  etc. Por parte de nuestros primitivos fachas de la falange tenemos cosas como "Dios esto, Franco lo otro, España una grande y libre". Ambos "bandos" en esta guerra civil adolescente me causan una cierta gracia en la que no puedo evitar acordarme de por un lado a un amigo y por el otro a un compañero de clase.
El primero, un gran amigo mio al que le agradezco su presencia en los buenos y malos días, es la defensa viva del ideal de república en forma de chaval de 23 años que habla con la misma osadía y ganas con que lo haría Carrillo en su mejor momento pero sin embargo no ha vivido la República. El segundo es un niño de cierto aire "osea" que el día que trajo la camisa de la falange suscitó, mas que miradas de reproche o alguna frase mordaz, una exquisita colección de sarcasmos y risotadas por parte del profesorado y los alumnos mas avezados en historia.
Ambas actitudes, aunque respetable y dignas de alabanza por el estoicismo mostrado en la defensa de sus ideales, son mas bien propias de los años de la segunda república y de la guerra civil junto a los 40 años de dictadura. La Segunda República, que yo veo con sentimientos encontrados por mis conocimientos en historia y por mis herencias familiares, fue un momento en el que España podía haber hecho grandes cosas pero la brecha ideológica de los integrantes de todo un lado del pensamiento español fue lo que causó una precipitada caída. Aunque algo tiene que ver el hecho de que a cierto general de Ferrol (el mas joven de las últimas décadas) no le hizo gracia que cerraran su querida academia.
Esto me lleva hasta el enfrentamiento mas moderno entre ideologías o formas de pensamiento que he visto: el protagonizado por una amiga, vamos a decir que de izquierdas, y un humilde servidor, vamos a decir que de derechas.
Mi amiga, como buena vegana, sostiene que los pilares de la civilización se basa en una vuelta a los buenos tiempos del buen salvaje combinado con hamburguesas de lentejas. Es anti-globalización, anti-Merkel, anti-Obama, anti-pijos, anti-guardiacivil, anti-policia (los dos últimos por el tema del requisado de porros), anti-monarquía, anti-injusticiasocial, pro-aborto y de ideas progresistas similares, piensa que Chavez fue un dictador apoyado por el pueblo (eso me sorprendió, lo admito) y un sinfín de posturas similares. Tiene su huerto con su novio de hace unos meses o un año (no se esas cosas no las controlo), le gusta fumar porros, tiene rastas, es vegana como ya dije y es buena chica pero no acepta la idea de que para poder trabajar y para desgracia de los liberales de su rama hay que hacer un par de cambios de vestuario. Mas allá de todo eso es un encanto a pesar de su mayor defecto, una tontería para todos aquellos que lean esto pero un "pecado" para mi: dice que los legionarios con unos asesinos hijos de puta.
Por el otro lado estaba yo. Yo me defino como una mezcla de lo mejor y lo peor de ambos lados. Una cosa tan tonta como decir "lo primero es España", ya no Dios, sino mas bien España, me ha valido el cartel de facha, y hacer notar las virtudes del ejército alemán en el campo de batalla de la Segunda Guerra mundial, el de nazi. Menos mal que me emociono al ver a la gente dejando sus ofrendas en la tumba de Oscar Schintler porque sino me ascienden a Führer y pierdo a todos mis amigos de izquierdas. Por un lado apoyo el aborto y la eutanasia pero también admiro tanto a Unamuno como a Millán-Astray. Pensareis que en mi casa uno de mis padres es de derechas y otro de izquierdas, Pues sí pero mi madre, de centro-derecha, no pone caras raras al saber que una amiga mía es bisexual y mi padre, que corrió delante de los grises, sí. Así de raros son mis orígenes. Pero bueno la cosa es que soy una especie de criatura extraña.
El punto es que mi querida amiga (a la que envío saludos si lee esto y espero que me siga hablando después de haber terminado) me contó una anécdota que le había sucedido días antes de nuestro encuentro. Al parecer se encontraba cenando con su novio (un buen hombre, respetuoso y lleno de buenas ideas) en un descampado cuando se les acercó una pareja de la guardia civil. Esta pareja, compuesta por uno ya mayor que debió de pasar la época de Franco pero se debió de adaptara la democracia, se mostró en todo momento amable y bastante respetuoso. Sin embargo el chaval joven que iba con él, seguramente recién salido de la academia, no tuvo miramientos a la hora de agarrar el bolso de mi amiga y comenzar a registrarlo en busca de sustancias estupefacientes. Esta irregularidad encendió el genio de mi amiga que mientras contaba su relato, escuchaba al mismo tiempo mis risotadas. Seguidamente declamó una crítica al hecho de que a la gente vestida "así todos elegantes y finos" no les paran ni les dicen nada. Yo le dije "bienvenida al mundo de las apariencias" pero mas tarde me enteré de que a los "pijines" niños de papá también los paran los de tráfico tanto como al padre que paga una hipoteca. Algo asombroso desde luego, la igualdad derrochada por nuestros cuerpos de protección y seguridad del Estado.
Llegados a este punto admito que me comporté como un capullo al reírme de su desgracia y pido disculpas por ello, pero lo que sigue me parece un tanto cuestionable a su persona. Según yo iba descubriendo todas las cualidades "anti" que cito arriba, en su momento le dije "y los legionarios han de parecerte unos malvados" o algo por el estilo a lo que ella respondió "sí, malditos asesinos hijos de puta" con un desprecio bastante lejano a los ideales de Janis Joplin y John Lennon. Pues a esto sigue otro relato con mi señora madre como protagonista.
Se encontraba ella tomando tranquilamente su café "con leche, clarito y templado" cuando de pronto le suena en el móvil el himno de la legión. Se da aquí un avatar del destino algo extraño. El amigo que llamaba a mi madre quiso ser legionario y, como una especie de chiste, ella le puso de tono de llamada el himno de la legión. La cosa es que de pronto se le acerca un hombre muy mayor seguido de otro no mucho mas joven. El primero, por la descripción que hace mi madre, parecía ser de mas dinero que el segundo, y este, mas joven y según vio mi madre, mas fatalista con respecto a los jóvenes de hoy. Se le acercaron y paso a reproducir la conversación.
-Señorita...-Dijo el mayor de los dos.
-Señora.-Dijo mi madre con toda cordialidad.-Estoy casada.
-Señora.-Se corrigió amablemente el anciano.- ¿permite a estos dos viejos caballeros legionarios invitarla a un café?
La cara de mi madre mientras lo contaba era, a falta de una palabra mejor, épica.
-¿Un café? ¿solo un café? ¿veis estas manos? están rotas de aplaudiros en los desfiles cuando era pequeña y ahora que soy mayor también.- Dijo con una sonrisa mas épica aun.
Le sucedió a ese breve intercambio de palabras un hora y tres cuartos de conversación sobre muchos aspectos y por supuesto, como toda buena madre hay que presumir de hijo. Sacó la foto de un servidor cuando tenía unos dos años. El mas anciano sonrió y el fatalista de su amigo otro tanto. Pasó a la siguiente y la melena reluciente de quien suscribe aparece ante sus ojos. El mayor lo aceptó con un "bueno bueno... son otros tiempos". El otro no disimuló tanto pero casi se le podía permitir ya que salvó, llevando a cuestas por todo el campo de batalla, a su mejor amigo y superior en rango (sentado a su lado en esos momentos) en la Guerra Civil. Entonces mi madre cambió las tornas y la cara épica pasó a ser de los legionarios que tantas cosas habían visto en su juventud.
-Sí, son otros tiempos pero les contaré una cosa. Cuando este chico de pelo largo tenía tres años, se encontraba jugando en la sala y yo en la cocina. Entonces dejé de escuchar el sonido de los juguetes y fui a ver que pasaba. Y me lo encuentro mirando la tele. Yo pensé "los dibujos" pero cuando me acerco mas y caigo en la cuenta de que es 12 de octubre, dia del Pilar...-Y ahí mi madre dejó el resto en el aire antes de continuar.- Y así desde entonces.
-Pero... ¿todos los años?-preguntó el mas joven mientras no daba crédito a tan contradictoria información visual y auditiva.
-Todos.- Dijo mi querida progenitora con un bonito orgullo de madre y de niña criada hasta los siete por un exmilitar.-Desde los tres años.
Una pena no estar yo presente en esos momentos.
Le preguntaron si se sabía el himno de la legión entero ya que la música de su móvil era mas bien la melodía. Gracias a la ayuda de estos buenos hombres mi madre se fue acordando de frases que hacía años que no recordaba, volviendo al Madrid de su infancia, viendo esos desfiles de Franco que dan mil vueltas a los actuales. También mi madre se dio cuenta de que en ningún momento, teniendo la oportunidad, años después, de desgañitarse contra el "enemigo" (republicanos, comunistas, anarquistas...) no lo hicieron y hablaron en todo momento desde el máximo respeto. Finalmente, cuando mi madre (para su desgracia) se tuvo que ir para atender diversos menesteres, esos dos caballeros legionarios se levantaron y la acompañaron hasta la puerta para despedirla como cabe hacer con una dama, sea de la clase social que sea.
Como supondrán, esta bella historia, de saberla antes de mi conversación/discusión con mi amiga, habría sido un buen aldabonazo. Aunque usé una táctica mas simple que cualquier argumento atemporal de la ultraderecha franquista que, dicho sea de paso, NO siento en mi corazón. Le hice una pregunta.
-¿Tu conoces a algún legionario?
Respuesta de mi amiga:
-No.
-Pues mi madre a tres, uno de ellos gustaba de drogarse, beber y follar como el que mas pero pobre del que pegara a la prima de un amigo, a la novia de un amigo o dijera algo de la legión y de su madre. Y aun así se contenía.

Por tanto, señores y señoras, destacar dos cosas importantes. Que por mucha tiranía y merkelismo al que estemos sometidos, los encantadores revolucionarios de izquierdas que tenemos entre nuestra juventud cometen las mismas equivocaciones que sus enemigos históricos, los niños pijos de derechas. Unos defienden a Lacoste, a Franco, a la iglesia católica y los otros la ropa de mercadillo, la legalización de la marihuana y la protección del manatí, pero cometen el mismo error. Hablan y atacan sin conocer. Yo he cometido ese error muchas veces (me ha valido una amistad) pero hago por corregirme.
Y la segunda es que aunque nuestra familia real no tiene el prestigio de antes, ha perdido autoridad, proyección y reputación y no son válidos en extremo para este argumento, el pueblo español y el Rey siempre aplauden y se paran a conversar  lo mas que les permite el tiempo y el protocolo con el mismo: el caballero legionario. Puede que el rey sea tonto pero que toda una multitud aplauda hasta sangrarle las manos siempre a los mismos...es por algo. Dirán "porque tienen el cerebro lavado" y yo les respondo que a mi nunca me tuvieron que decir nada para admirar a la Legión, no fue un acceso de rebeldía adolescente, no fue el influjo de campañas de horas de publicidad. Yo estaba ahí, con tres años, viendo a la Legión.

Mi gran defecto es que yo no respeto a veces lo suficiente pero trato de argumentar a raíz de lo que veo, escucho, siento. Pero también hay gente que detesta por detestar, incluso entre los que predican el amor y la paz. 

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