viernes, 18 de noviembre de 2011

Carta sádica II

Querida Amiga:


Tu dolor llegó a mi vida hace poco tiempo y lo cierto es que lo veo como una interesante forma de expandir mis ideas artísticas a mundos y a proyectos mas que rentables para lo que al sangre y el dolor merecen. En ti veo la posibilidad de llevar a cabo obras tan exquisitas que los ojos de los simples mortales se saltarían de su cuencas. No comprenderán nunca lo que supone recrearse en el dolor de una persona cuando esta grita o solloza ligeramente, cuando sus lágrimas saladas se convierten en el único maquillaje que ensalzará su belleza hasta puntos inimitables. No podrán comprender nunca cuan bella resultas, y no digamos atractiva y seductora con todo ese dolor rezumando por tus venas, llevando los mas negativos sentimientos y sensaciones por todo tu cuerpo des de la piel que poco a poco voy rajando, desgastando y maltratando con la mas suma y delicada sensibilidad. Me recreo en tu dolor sí, de formas bastante curiosas y lo cierto es que una vez finalizado una creación artística me siento mas deseoso de comenzar otro. Siento el día sin tus gritos como un bosque sin cantos de pájaros, totalmente antinatural, y la verdad es que no me agrada tener que mirar para todos lados sintiendo que algo me falta. Mi hedonismo se dispara deseando de nuevo poder tenerte entre mis brazos en ese afectuoso abrazo que me hace poder accedes a cada zona llena de cicatrices, en las que poder pasear mis dedos para poder sentir tus estremecimientos y tus contenciones de aire. Me deleito en el dolor que emanan tus pequeños gritos y sobresalto cuando presiono esa herida recién causada por el simple echo de poder corroborar que tu dolor, la esencia que se filtra por tu blanca y delicada piel, le da ese toque que podría enloquecer a mas de un adicto al dolor ajeno como yo. El bello lazo que nos une sin duda se ha fortalecido con esto y lo cierto es que mas se va a fortalecer pero nunca hasta los límites de esa locura que llaman amor pues como ya dijiste tu en una de tus múltiples ye inteligentes observaciones, amo tu dolor y eso según parece es hermoso. El concepto de amor aquí se distorsionaría ante el entendimiento de cualquier estúpido cerrado de mente. No entienden que el amor se puede sentir ante muchas cosas pero claro tiene que tener ojos y ser un ser vicio, no se puede mar una emoción. Son unos atrasados culturalmente hablando y emocionalmente ni te cuento. Siento una irresistible tentación de hacerte sufrir en cualquier momento del día y el cuerpo me pide no solamente la lujuria mas desenfrenad con alguna dama que se preste a ceder su cuerpo a mis ansias biológicas sino a poder hacerte soltar un par de esos gemidos tan bonitos que salen de tus labios, de los que expresan cuan doloroso resulta que tu piel empiece a desprenderse de tu cuerpo, que tus huesos se descoloquen de sus articulaciones, que la carne de tu cuerpo se queme sin desprenderse para dejar una huella imborrable por toda la vida. En caso de invertirse los roles, de ser yo el tatuado por tus fogosas artes se me subiría el rubor a la cara cada vez que viera la quemadura, pero da la casualidad de que no es así. Si hay algo que lamento es que siempre se me ocurran las mejores ideas después de haber terminado la obra, por eso me alegré de sobremanera cuando supe que tu cuerpo (o al menos gran parte de él pues intimidad todos tenemos) sería lienzo de una tortura aun mayor, de que podría llevar a cabo cientos de miles de proyectos y en la mente se combinan muchas cosas para poder deleitarme con el ultimo grito de dolor hasta que tu voz desaparezca. Me encanta esa escena de la luna entrando por la ventana de tu acostada a mi lado, como quienes casualmente han coincidido en la misma habitación, de tus bonitos ojos mirándome entrecerrados ocultando las lágrimas, queriendo ocultar al caída por obra de ese objeto que poco a poco te desgarra la piel hasta llegar al alma, paralizando a su paso los tendones y haciendo arder el sistema nervioso, que los gritos salgan impunemente nada me haría mas feliz pero esa manía de guardártelos solamente aumenta mis ansias de mas de tu delicioso dolor, de ese incienso que quemaría en mis oídos una y otra vez hasta que finalmente te desmayaras, te desangraras o lo que fuera. No malinterpretes esto ultimo, ya que tu muerte sería tan terriblemente dolorosa para mí que la locura por el dolor se haría conmigo. lo se, algo mas bien digno del amado que pierde a la amada pero sabes que soy muy sensible. Cambiando ligeramente de tema, las paredes aun huelen a ti, bueno mas bien tus gritos y a la esencia que desprendes, que se mezcla con el dolor y que me ha sonado de haber aspirado mas de una vez en alguna que otra sesión de fornicio con una amante. Creo que sabes de que hablo... De solo pensarlo una sonrisa se extiende por mi rostro y las ansias de seguir torturando tu cuerpo hasta la extenuación se acrecentan de una forma que ni podrías imaginar querida. Me despido cortésmente haciendo mi mas profunda y deleitosa reverencia y esperando a que tu presencia llene de nuevo mis aposentos para poder seguir con el deleite de tu dolor mas extremo. 


Atentamente: tu sádico amigo

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