martes, 1 de noviembre de 2011

El amante depredador

Dos ojos marrones paseaban la vista por el callejón, nerviosos ante cualquier sonido que pudiera alertar al resto de sentidos e hiciera dirigir la atención hacia ese punto de sospechas y de temores. El aliento entrecortado estaba mas que impregnado en temor y en una sensación de desasosiego que no había experimentado desde hacía mucho. Poco a poco sus pasos fueron caminando de forma rápida hasta el final de esta callejuela que Era mas que depósito de basuras pero también un oportuno atajo para llegar pronto a casa. Sus ropas estaban medianamente puestas después de la intensa noche de locura que había vivido su cuerpo y en especial algunas partes de su anatomía. Una mano fina se fe al cuello y palpó la pequeña herida, esos dos pequeños orificios. Una sonrisa inconsciente asomó a sus bellos labios, suaves como el terciopelo, una sonrisa llena de regocijo y de una diversión que solamente ella podría llegar a entender. Muchos la mirarían raro cuando llegara a casa o al trabajo al día siguiente pero los recuerdos la atenazaban con fuerza. No eran recuerdos para nada desagradables. Al contrario. 

Recordaba cada detalle. El largo camino hasta ese lugar tan sombrío que le hacía estremecer. Las pinturas de escenas sanguinarias que la hacían estremecer aun mas. La bandera roja, blanca y negra que había visto hondeando en lo mas alto de ese mástil en el que se encontraba una punta al extremo mas alto y que estaba manchada de algo rojo. El aliento y la mirada desencajados que se le puso cuando entrando vio los tapices de miles de luchas perdidas en el tiempo y el espacio en lugares que sus ojos ni oídos jamás habían escuchado. Detalle al máximo en las muertes y en los íntimos detalles de otros tapices que narraban encuentros entre animales y entre personas, entre difuntos y entre los vivos. Recordaba el aroma de esos pasillos que poco a poco iba recorriendo siguiendo la voz de sus instintos animales y rechazando los consejos de su sentido común y de supervivencia. Camina, camina hasta lo mas hondo y después sumérgete en todo lo que te ofrezcan, le decían los instintos animales. No vayas, no des un paso mas, le decía el sentido común, ahí hay muerte y pecado. Pero algo le decía que debía de seguir caminando, no sabía el que y no eran tampoco sus instintos animales. A medida que iba avanzando una presión se fue instalando en su vientre y no tardó en soltar un leve suspiro cuando descubrió en su mente que las imágenes de su cabeza no eran suyas. Algo se las estaba induciendo. 

Temor y deseo en sus pasos, en su forma de caminar, algo que al criatura que habitaba esas paredes estaba esperando a oír. Nada escapaba a su oído ni a su olfato. Pero no perdería la paciencia, poco faltaba para ser encontrado y de paso poco faltaba para poder afianzarse a esa presa que tanto tiempo llevaba esperando a que cayera voluntariamente en su trampa. Una sonrisa desdeñosa y arrogante se poso en sus labios. Sencillamente esperó a que ella siguiera avanzando a que las sensaciones se fueran acumulando en su interior y que los suspiros dieran paso a los jadeos y poco a poco a la incapacidad de poder dar un paso sin sentir una intensa oleada de placer que al recorría y la estremecía. Los labios en su cuello la acosaban, labios invisibles que la hacía dejar un pequeño suspiro en el aire y poco a poco fueron volviéndose mas audaces pues parecía que al ropa no era obstáculo para esos labios fantasmales que atravesaban la piel poco a poco. La saliva ya apenas podía pasar por la garganta. El anfitrión de esa morada llena de pecado y lujuria en el ambiente estaba regocijándose de lo lindo en el placer de su víctima que prontamente abrió la puerta y lo miró a los ojos. 

Ella y él se miraron y todo sucedió demasiado rápido pues al momentos los cuerpos estaban desnudos y el sudor los atenazaba. Unas manos ávidas de placer recorrían la piel de esa mujer de cuerpo divino que podría esclavizar con un solo movimiento de caderas a quien quisiera. Los labios recorrían el cuello con insistencia, buscando con deseo ese río azul sensualmente palpitante que recorría ese cuello con deseo y con placer, queriéndole ofrecer las sensaciones que ningún otro hombre y criatura podría ofrecerle a esa diosa disfrazada de sencilla humana. Dos colmillos destellaban en la noche y seguidamente un grito de dolor y placer escondido se hizo patente en ese lugar lleno de placeres inagotables. La sangre fluía mientras el la tomaba por las caderas y la hostigaba una y otra vez, empujando todo el placer que ella deseaba expulsar por su centro de poder con la ayuda de su virilidad y su excitación sin poder evitar que los fluidos de ambos se iban mezclando, esas esencias ardientes que enloquecían al otro. Los pechos que llenaban la mano pero no la desbordaban dejaban paso libre a esa lengua lasciva cuando ella se entregó plenamente a los besos y caricias de ese amante que la llevaban esperando bastante tiempo. El sexo mas salvaje y la sangre se fueron mezclando de forma compulsiva y salvaje a lo largo de esa noche que poco a poco se iba cerniéndose sobre sus cabezas. Cuando el primero de muchos orgasmos los sacudió todos los lobos se pusieron a aullar desaforadamente. La sed y las ansias de placer los estaban enloqueciendo en cada caricia y era un sin parar, un circulo vicioso lleno de ese mismo vicio y de la búsqueda de una frontera que traspasar una y otra vez. 

La cercanía a un orgasmo la sacudió cuando se encontraba casi regresando a casa pero no pudo evitar escuchar una voz que la impulso a mirar atrás y antes de que esto se llevara a cabo su cuerpo estaba contra una pared y ese cuerpo, esas manos y esa voz tan conocidas, les sondeaban la mente y el cuerpo con impúdica y lúbrica maldad, deshaciéndose de la ropa de ella. un susurro llego a sus oídos

-Quiero mas...- Ella accedíó levantando levemente las caderas y dejando ver claramente como su esencia se derramaba por su ropa interior a la espera de que la violaran tan deliciosamente. 

4 comentarios:

  1. Blogs amigos me han dado la mano y me traen está aquí... y sabes, tu texto casí acaba con la sensación que yo me he quedado.. "dame más..."

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  2. He visto algún comentario tuyo en otros bloggs si... Me alegro que te halla agradado, no dudes en hacer una vista por estos lares de vez en cuando pues eres bienvenido y si se dan las circunstancias correctas me inspiro y salen perlas como la que has leído.

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  3. Me siguen gustando este tipo de relatitos aunque no esté yo nada receptiva. Besos!

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  4. Me parece perfecto entonces lograr la atención de una dama cuyo seudónimo es el nombre de una gran mujer. Siempre ando a la caza de inspiración y sus comentarios me inspiran a seguir.

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