sábado, 13 de agosto de 2011

Carta al tribunal

Señoría y corte de justicia: 


no se como apelar a su misericordia para obtener el perdón de vuesas mercedes que poseen el poder jurídico, administrativo y legislativo de todas estas tierras de una lado a otro de las montañas. No quiero ser muy excesivo en mi defensa y quiero hacer esta misiva sencilla para que puedan deliberar calmadamente y tener en cuenta los motivos por los que hice lo que hice. No conocen de mis orígenes pero si de las fechorías que se me imputan y que no son nada mas que sencillos aunque graves errores que pesan sobre mi alma. Sí, tengo alma. Los cargos que se me imputan son realmente injustos: es verdad que maté a aquellas mujeres y hombres pero a las mujeres no las he matado con la sangre fría que los periódicos tratan de retratar en sus titulares. no quería mas que saciar mi sed de ese delicioso vino mas fogoso que el propio infierno derramándose por la garganta. A los hombres los mataba por mi idea de justicia, que comparto con ustedes, ya que esos hombres eran un atentado a las leyes mas sagradas, pues eran maltratadores, violadores, asesinos, psicópatas. Ellos sí que pretendían dañar y mancillar uno de los vienes mas preciados del hombre, ese bien que todos llamarían dignidad, bondad u honor. pero el honor de las damas quien lo defiende? nadie y es por eso que me erigí en un defensor de la causa de la mujer. y por ello renuncié a probar la sangre de mis victimas masculinas, porque también tengo mis supersticiones y quizás termine siendo un desalmado como mis víctimas. Juro que las muertes de las mujeres no eran a voluntad, es que la sed era demasiada para ser reprimida.Ellas se dejaban lo juro, puedo jurarlo por lo que mas quiero, yo tengo un respeto y cariño a las mujeres que muchos de los ciudadanos ejemplares de esta comunidad no entenderían ni por muy machos u hombres que digan ser. Se que puedo reprimir mi sed de alguna forma. Quizás con esa nueva ciencia, la psiquiatría, se logre algo de lo que pretendo hacer en este mundo, quiero librar al mundo del mal, de la arrogancia de la estupidez del maltrato y de la desigualdad así como de la mentira, la misoginia y la maldad en general. No puedo transmitirles lo que siento al beber sangre con unas palabras inscritas en un papel pero puedo decirles que mi arrepentimiento es máximo y mi frustración es mas que notoria cuando veo a mi defendida muerta entre mis brazos. Tengo sus caras en mi mente, tengo sus últimos suspiros en mis oídos, diciéndome que porque lo hice, y les quiero explicar a ellas y a ustedes que no lo hago por rencor a la humanidad que me aparta de su seno sino precisamente por mi amor a la humanidad, a los comportamientos que esta desarrolla, a como se unen y dejan a veces sus diferencias para poder afrontar problemas de una u otra manera. Me presentaré ante ustedes en unos días o en unas horas, lo ignoro, en esta celda tan fría el tiempo pasa de tal manera que no sabes si se han pasado 3 minutos o 5 días. Cada noche me atormentan los pensamientos de como ellas murieron por la culpa de mi sed y reitero que quizás el tratamiento adecuado o la ayuda necesaria de nuestro benevolente estado tenga a bien de indemnizar a las familias de las víctimas. Soy en resumidas cuentas un ser arrepentido de sus pecados que desea ser escuchado como criatura con la capacidad de comunicarse de un ser humano normal. Yo mismo me arrancaré del pecho mi muerto corazón el día que mis deseos lleven a querer la muerte de una mujer y la salvación de un asesino. Apelo a su poderosa inteligencia y a sus ideales justicia, es el ruego de un amante de la libertad y el amor. 


Esperando en la oscura celda


Un pobre sediento. 


Para la abogada mas guapa de todas

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