sábado, 18 de junio de 2011

Enfrentamiento milenario

Era dulce la sonrisa de la dama, una de esas que invitaban también a sonreír de forma cortes para cederle el paso que esos lindos pies embozados en unos zapatos de gran calidad y obviamente buenos materiales. A esta sustentación física unas piernas largas, torneadas que no se dejaban ver por la gran falda que las cubría celosa de que cualquier incauto o avezado observador que deseara deleitarse en algo mas que la sonrisa y el ligero busto que decoraba el balcón de ese bello cuerpo. Una cintura fina como de figurilla de porcelana se levantaba ligeramente por encima de las caderas que con delicado contoneo captaba ciertas atenciones para nada intencionadas. De su rostro pálido (a la moda de ese curioso lugar) el rostro resultaba de una palidez que no era cadavérica pero si que era bastante pronunciada y sus manos finas estaban cruzadas una sobre la otra para que la postura fuera mucho mas correcta y se viera su excelente educación en las mejores instituciones. El cabello estaba recogido en un moño de gran elegancia que al igual que toda ella estaba exquisitamente labrado por los grandes experto del cabello que las mas altas cantidades de dinero pudieran hallar.

Sus pasos la llevaron por un parque lleno de buenas y malas gentes que se dedicaban a sus quehaceres pero no se fijó la dama en las personas importante sino en lo que se posó en un árbol cercano. Toda la atención de los presentes seguía puesto en los deberes, derechos y privilegios de su condición de vida humilde o rica, mala o buena, que al fin y al cabo las personas no veían a ese ser si ese ser no quería que lo vieran. Sus estatura exacta a la de un hombre estaba en ese momento totalmente encogida en si misma pues la figura podía ser observada por la dama sentada de cuclillas, esto es, las piernas dobladas sobre el techo y sin mantenerse para nada sentado sino que mas bien en un excelente y prodigioso equilibrio.El cuerpo era en toda su conjunción de extrema delgadez y de entre los largos cabellos únicamente se vislumbraban dos luceros que no eran para nada brillantes cargados de bondad y buenas intenciones. Una sonrisa totalmente desquiciada estaba de cuerpo presente en su rostro y la respiración era extrañamente tranquila, sin dejar de lado el detalle de que la posición y el equilibrio exhibido no parecían requerir esfuerzo por parte de ninguno de sus músculos que parecían casi extintos de su cuerpo. 

la dama lo miraba y se acercó vagamente a él sin perder la sonrisa amable que se cernía en su rostro. las alas del ser eran negras como la noche y la oscuridad que reflejaban sus ojos iban a juego. La dama se acercó algo mas y durante un momento se miraron dos personas (o mas bien persona y ser demoníaco), pero de pronto los ojos entraron mas allá de toda esa piel y esos músculos, calando hasta los huesos a esas dos criaturas que se estaban retando y a la vez invitando con una mano dispuesta a dar entrada y la otra dispuesta a defenderse de los males que se pudieran causar. 

la esencia de la criatura estaba totalmente dentro de ella, sintiéndose rodeada por la esencia de la dama que desprendía un calor vivo que a su vez prestaría con toda seguridad el don de la vida en cualquier criatura muerta. El ser alado estaba desquiciado ante tanta bondad que se encontraba y trataba de llenar de ira el interior luminoso de la mujer, con las intenciones mas sucias de manchar y pudrir todo a su paso. La presencia misma del esperpento alado estaba dejando claras heridas en la psique de la dama que únicamente se veía tambaleada y apoyada en el suelo a punto del desmayo. La mente de ella se llenaba por momentos de las mas grandes y variadas tendencias pecaminosas como son el fornicio desmedido, el hambre o la necesidad de consumar grandes actos que alce la única figura de ella misma. Su cuerpo, que ya no tenía razón de importancia en esa batalla de voluntades se estremecía constantemente pero algo no desfallecía de toda su anatomía que lentamente se llenaba de un sudor frío producto de los terrores a los que era sometida su mente. la sonrisa de ella no moría y aquello era su arma 

La fortaleza mental del demonio estaba mas que reforzada por las miles de batallas que había librado ese ser tan indigno y oscuro que no deberá de pisar la tierra en lo mas absoluto pero ahí estaba él recibiendo los golpes de una oponente digna. La criatura maligna estaba empeñada en destrozar hasta la mas ínfima porción de bondad que habitaba la esencia de ese ángel caído o llegado del cielo. Pero por avatares del destino la criatura estaba encerrada y por mucho empeño que ponía notaba como su esencia se consumía de forma lenta dentro de ese núcleo de bondad eterna, que nunca moriría ni cambiaría en lo mas mínimo sus pautas. Así pues que el combate empezó a tornarse a favor de la verdad y la bondad en el mundo. y por mas que el demonio penetraba el interior de la mujer, mas se consumía para no regresar jamás.


En lo mas sórdido de la realidad, dos cuerpos estaban desnudos, húmedos por el placer que había hecho exudar toda la esencia del amor entre esas dos almas contrapuestas. Los pechos de ella estaban en constante movimiento por no poder contener una respiración agitada que el demonio a su lado, yaciente entre los hierbajos del lugar tampoco podía controlar. 

3 comentarios:

  1. Sinceramente deberias dedicarte a la escritura,ese es uno de tus dones, entre muchos otros.

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  2. Gracias querida sam pero el tema de los dones es algo que se me escapa. justamente se me preguntaba la mente que si yo seré un niño prodigio de algo, pero nadie hay en este mundo que responda mi pregunta... pero de nuevo gracias querida sam

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  3. Quizás porque la respuesta unicamente la sepas tu o quizás porque has de ser capaz de descubrirlo por ti mismo y por eso nadie contesta a tu pregunta aunque sepa la respuesta.

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