martes, 26 de julio de 2011

Carta del andante

Amor mio esta carta es toda para tí, llena de mis mejores sentimientos para que puedas sentirte cobijada en las noches mas frías. Tu cuerpo es lo que me falta en esas gélidas noches tan lejos de casa y tus caricias no visten mi cuerpo sin embargo es tu recuerdo lo único que me da algo de fe y de calor cuando la noche construye su reinado por unas horas en el mundo que piso. Pero solamente una mínima parte de lo que desearía sentir. Ahí te contemplo yo día tras día y noche tras noche, acostada, respirando lentamente notando como tu pecho sube y baja con cadencia lenta y suave. no puedo concebir una escena mas bella que la de la luna dando en tu rostro de marfil blanco y la cabellera tuya en medio de ese lecho con sábanas de seda ya que no puede haber tejido basto que mancille tu perfecto tacto. Tu visión es algo que mataría por tener delante y despertarte con un beso lento y suave, una caricia al alma que provoque una sonrisa en esos labios de miel, de ambrosía que he probado y no quiero dejar de consumir. Recuerdo como tus curvas hacían despertar en mi un fuego que lentamente me consumía en deseo, casi rozando la lujuria y el desenfreno de todo tipo de actos. Solamente quiero tenerte a mi lado de una vez y que podamos hacer lentamente el amor, notar como los suspiros de tus labios, dos rayos carmesíes en medio de la blancura invernal de tu rostro, enloquecen mi cuerpo y mi espíritu. Trato de hacer al tiempo mi aliado en juegos de todo tipo y que este pase rápidamente para poder al fin reunirnos de nuevo. Cada uno de los segundos que pasan son un recuerdo mas que te dedico en entero a tu delicada y dulce persona, apasionada cuando toca y cálida cuando hay frío en el alma o el cuerpo. Recuerdo esas piernas tuyas moviéndose hacia mí invitando a algún baile lento en el que podernos decir suavemente al oído lo mucho que nos amamos. Saborean mis labios la piel de tu cuello que poco a poco se va curvando para dejarme un delicioso espacio en el que poder recrearme todos los caminos posibles con besos y caricias de mis labios. Me acuerdo de cada momento unidos tan solo mirando nuestras almas que se aman mutuamente. Quiero bañarme en tu esencia mientras nuestros cuerpos se unen por siempre en toda una eternidad llena de buenos momentos que recordar con nostalgia cuando seamos ya mas ancianos y nos sigamos amando como el primer día. Dentro de mi no guardo nada desconocido o malo pues tu me has hecho una buena persona. Te necesito besar lentamente mientras mis manos te acarician ese cuerpo de princesa, de hada, de todo lo que me pueda susurrar la inspiración, quiero hacerte mil poemas por cada cabello de tu cabeza o diez mil por cada sonrisa tuya que es algo por lo que merece la pena luchar. Siempre que mis pasos me llevan por algún bosque frondoso me siento debajo de algún árbol y me dedico a escribir pensando en tí y así surgen las cartas que te llegan cada día porque no puedo concebir algo mas bello que tu recuerdo, Ni siquiera los reinos de las hadas o las hadas mismas, o las elfas o las pertenecientes a las cortes podrían hacerme olvidar del aroma de tu piel, del tacto de tus labios, de las delicadeza de tus manos, del baile de tu cabello movido por el viento. Es como si lo estuviera viendo, ese elegante movimiento y esa tímida sonrisa cuando te colocas el mechón detrás de la oreja  y me miras con dos faros prendidos en el color de la esperanza. Ya es hora de seguir mi camino y espero que leas pronto esta carta para que sepas que el hombre que mas te ama está bien y desea que tu también lo estés. 


Siempre amándote en lo mas recóndito y superficial del alma


Tu caballero andante



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