jueves, 28 de julio de 2011

Una nueva esperanza

prisionera de mi alma, cautiva de mis besos quiero que seas, una mota de universo que guarda una belleza entre miles de posibilidades de amor. Desesperados arrobos de melancolía oigo de mis labios hasta que con deseo alcanzas mi cuerpo con toda la elegancia de las mujeres de elegante vivir. En tus ojos se presenta todo un festín de emociones encontradas donde veo las dudas de tu mirar, y la ausencia finalmente se presenta cuando de ese lento trance solamente se puede sacar un lento y mudo asentimiento que es testigo de lo que piensas. y tu mente es de nuevo esa fortaleza que nadie puede penetrar, porque callas, y de tu silencio haces unas lenta sintonía de caricias y de sonrisas, que tímidamente salen tras la tensión preliminar, pero salen, y ello es motivo de mi felicidad, y pronto de la nuestra también será motivo. Viven lentamente las caricias que salen de tus manos a mi rostro y mueren al llegar a un cuello que lentamente tus brazos rodean como si en mis hombros mayor carga que la del mundo no pudiera haber, como si estos se fueran a romper de un momento a otro. Y de ahí se produce el encuentro de nuestras miradas enamoradas en medio de todo ese baile de emociones. De ahí es cuando nace mi primer día de vida, pues solamente era un fantasma antes de conocer tu voz o tus caderas. Y entonces lentamente siento los labios de la muerte atenazando mi corazón pero resistió mas y mas, solamente por un segundo mas de vida que compartir a tu lado. No me sostienen mas que tus brazos sobre mis hombros, que nada sostienen mas que el amor eterno que te guardo.

Una de tus sonrisas rozan lentamente mi mente cuando despierto con el corazón latiendo como el de un animal salvaje a la carrera tras su presa, como si este solamente quisiera salir de mi pecho para perseguir esa sonrisa peregrina que se ha escapado de mis sueños y ha entrado en la ilusión de mi vida. Alterado como no se hace nadie idea no hago mas que pensar en aquella sonrisa que se murió un trágico día Julio, cuando sin una mínima compasión el lazo que nos unía se ha roto para siempre entre lamentos y lágrimas. Ahí tienes entonces a mi corazón vagando independientemente de mi alma o de mi cuerpo que está mas que ansioso por compartir un momento al lado de la persona que me ame por entero de nuevo. Mi mente de poeta se pelea con mi alma negra, henchida por la venganza o por el despecho. ce de vez en cuando entre lágrimas mi determinación pero el caballero que late dentro de mi se retira como buen perdedor a sanarse las heridas después de la batalla o a esperar a que una nueva encomienda de las ilusiones pasajeras o futuras se haga de cuerpo presente frente a mi con algún otro nombre. Y entonces sonreiré para que pueda esa ilusión llegar a mis brazos y posarse entre ellos como en su momento hiciste tu, antigua amada mía, con la esperanza de no rompérseme este corazón sangrado y maltratado por una idea nunca lograda. Sinople, azur, quien sabe si campo de gules sobre sable, mi corazón tiene su propio emblema de la herálndica de los buenos tiempos. Lentamente un suspiro se abre paso entre mis labios y mirando la oscuridad de una desolada habitación sumida en el calor del verano estival, mi cabeza cae como un muerto y entonces mis sueños vuelven a alcanzarme para darme la oporutnidad de un descanso de lo que supone sufrir sin tu presencia, pero no habemos de temer nada por este escrito que se lee, mi cuerpo y mi mente se tratan de mantener sanas en lo que las heridas cicatrizan. No lloren por mi, muerto no estoy, solamente dolido, un poco al menos por todo esto que me ha pasado. pero tranquilos que prontamente las risas y los halagos a las almas, esas caricias que son mi seña, llegaran a lo mas hondo de algunos corazones tristes como el mio y las luces de las sonrisas volverás a destellar.

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