martes, 8 de febrero de 2011

El extraño militar

Todas las miradas estaban puestas en el nuevo que rápidamente había alcanzado una fama sin precedentes entre los regimientos de la sección del oeste en medio de los campamentos enemigos como uno de los mas capaces. El genio de problemas tácticos mas eficaz del reino pero todos. pensaban que era un simple loco. Un tipo de lo mas excéntrico que solamente se dedicaba a mirar las flores y a los animales cuando el ejercito no los asustaba en un radio de varios kilómetros con sus numerosas pisadas. En lo físico tampoco es que fuera precisamente algo de lo mas normal. Una vaga descripción sería insultarlo por lo que se procede quizás a extendernos un poco mas en lo relativo a su físico:

Un rostro voluble. Por voluble no queremos decir que se cambie la nariz un día por otra nariz que le venga mas al gusto sino que con esa faz es capaz de expresar tristeza infinita o la mas descabellante y loca ira pasando por un rostro de piedra que congelaría mares enteros. Afable en la forma de tratar las cosas con sus manos delicadas que mas de alguno ha tratado y llamado como ´´manos de mujer´´, lo cual nunca llevó a cabo en ese comentario un cambio de la expresión en su rostro pues lo que el era no era mas que al sombra de lo que se veía por dentro. Su cara filada era como la de cierta ave rapaz que estuviera diseñada no para la caza, sino para rastrear y volar a altas cotas en busca de presas mas que suculentas que nadie mas pudiera ver. Su forma de mirar estremecía. Cuando te estabas dando cuenta ya te estaba prácticamente analizando del todo pues te preguntabas una y otra vez que estaría buscando en tu interior cuando solo quería la estrategia perfecta para desarmar a posibles contrincantes. Su figura era larga de caminar algo estilizado pero también firme cuando debía ser así o el terreno no se lo permitía. Se decía que una de sus pasiones era el baile y que lo había heredado de su madre. 

Su mente decían que era un misterio. Que siempre miles de datos venían a su mente pero las preguntas que lanzaba para solucionar cualquier inconveniente táctico no se limitaba al numero de enemigos en la zona sino por ejemplo a las especies autóctonas y no le importaba la situación del terreno ya que sabía de antemano con una especie de poder de adivinar que es lo que se encontrarían la siguiente colina. se le oyó decir mas de una vez que los pájaros lo clamaban desde hace varios kilómetros. En todo lo que el rodeaba solían surgir una especie de aura de misterio que nadie sabia descifrar, y que nunca se podrían predecir sus reacciones era algo seguro. Las causas de su enrolamiento en el ejercito eran algo que simplemente se desconocían. Nada de su vida se sabía y nadie se atrevía a preguntar.

Ya se hallaba este insigne y misterioso ser en la tienda con los fusiles y los cañones resonando de fondo. Su mirada ese día se volvió algo mas que áspera puesto que le gustaba dormir y bastante. No aguantaba que lo despertaran pero también podría estar mas de dos días sin dormir o los que hiciera falta. No reparó en la presencia de nadie. Ahí solo se encontraban dos generales y unos cinco o seis tenientes que ni siquiera esperaron saludo por su parte. El tenía el privilegio de saltarse formalismos a mas no poder y que no le cayera un solo golpe en su impoluto expediente que lo dejara magullado para siempre. Solo centró la mirada en lo que importaba. los planos ahí presentado con toda la disposición de las tropas. Y silencio... 

Hasta que una bala de cañón atravesó la tienda prácticamente y le arranco un brazo al mas joven de los tenientes. Los gritos y las peticiones de atención medica se sucedieron por la posterior explosión, que causó aun mas y mas confusión pero ese aguerrido, ese loco solamente estaba centrado en el plano al que ahora le faltaba una esquina pero a la que no pareció darle importancia. Tan solo sacó una pluma y un tintero y empezó a anotar lo que el pareció en ese momento lo adecuado. Lo que escribió seguía de la forma siguiente.

´´No se preocupen por los generales, están muertos la caballería al flanco reagrupen los soldados de la sección uno en la retaguardia y carga de bayonetas, es todo farol por parte del enemigo, los pájaros y los lobos lo han cantado esta noche´´

Uno de los tenientes vio como el hombre de fachenda cuanto menos indolente y afectada por la cantidad de margaritas que estaban muriendo, abandonaba la zona para irse a su tienda en medio del bosque donde continuó con la exploración de las formas vegetales en medio de un revuelo de capa harmonioso con su paso estilizado



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