viernes, 25 de marzo de 2011

El siervo rebelde

La luna saludaba a sus servidores mas fieles que se inclinaban ante ella mientras paseaba por el firmamento haciendo la habitual revisión de tropas para cuando la batalla se presentara. Todos los que juraban lealtad a la noche estaban presentes, pero entre las innumerables filas de seres consagrados a la noche mas oscura había un hueco y la luna en seguida mandó buscar al desertor. los lobos echaron a correr mientras los búhos y las lechuzas se ponían a volar para que sus agudos ojos les diera a entender en donde se hallaba ese traidor que no tenía respeto alguno por la reina de la noche y la diosa que imperaba en toda oscuridad y mal. Los animales de las aguas despertaban para peina mares y ríos en busca de ese ser que se había atrevido a desafiar las leyes y las órdenes de su ama suprema y al que le debían dar castigo. Con toda la ira la luna vertió su luz sobre el mundo y lo convirtió todo en una pálida semblanza en la que crecían frutos y demás cosas que no vienen a cuento describir por el momento aunque alguna tendrá relevancia en el futuro. 


La luz de la luna encontró al que faltaba entre las filas de la reina de la noche y la oscuridad. El hombre se quedó encogido de miedo solamente unos instantes  miró a su reina ante la cual se inclinó y con la cual estableció el dialogo y la disputa de su libertad. La luna estaba desconcertada pues ella era la mas bella de todas las mujeres y nadie podía rivalizar con ella. Él respondió:


-Sois la mas bella de las damas de la noche, pero yo estoy enamorado de una dama que es la mas bella de la noche y el día y a la que puedo acariciar en todo momento cuando ella me lo concede entre las bellas y delicadas risas que otorga a mis oídos.- Esto fue dicho con toda la firmeza que quepa decir por parte de un hombre que se enfrenta a un gran poder y tiene el corazón lleno de fe pero sobretodo de amor.- No la voy a abandonar por la señora fría y blanca que es usted luna de los amores y de los amantes secretos porque yo no voy a ocultar que amo a esa dama mas bella que la noche y el día juntos.-Y ahí el comenzó a huir a lo mas lejano del horizonte en donde la luz no pudiera encontrarlo.


Y pasó el tiempo y la luna lanzó todos sus rayos de luz quedando a un mas pálida pues sus fuerzas menguaron claramente pero la luz iluminó algo digno de describir con muchos detalles y revelar un par de sorpresas. 


La luz dio de lleno en donde el desertor se hallaba y él estaba ahí tumbado de costado contemplando el rostro de la dama mas bella que halla dado la creación humana. El hombre que tenía dos alas con las cuales a veces volaba hasta el regazo de la madre Gaia, la madre que le había dado la vida y la capacidad de volar en todo momento. Con los ojo totalmente abiertos y despiertos, mostrando esa chispa de astucia digna de aquellos que nacían bajo el símbolo de la mujer y eran astutos de por sí, miraba a la dama que tenía delante de él y se encontraba también acostada en frente y de costado a él. Le estaba acariciando el rostro lentamente mirándolo en todo momento mientras los animales se concentraban a su alrededor y sencillamente observaban. la luna miraba atentamente como esas dos criaturas que habían sido concebidas para estar juntas se amaban en silencio. Ellos solamente veían los ojos del que tenían en frente y parecía que de ahí no pensaban separarse ni moverse. Los animales de la noche sencillamente les dieron cobijo con plumas y pelaje para que la luna no se celara de ellos y les pudiera dar algo de intimidad a lo que desearan hacer para ellos solos, con total dedicación y entre del uno a la otra y viceversa. 


Con delicadeza, él tomó un rayo de la plata fina de la luna y forjó con la ayuda del dios del fuego un peine de plata que el regaló a la dama mas bella que el día y la noche. Esta a cambio lo recompensó con un baile que se ganó el amor de todos los seres de la noche y así la Luna perdió su reino de sombras pues ahí por donde pasaba la dama danzarina, la felicidad que a su alrededor se posaba, dejaba a su paso una luz mágica que no podía ser contrarrestada con nada en este mundo habido y por haber con toda la imaginación posible. 
Los lobos aullaban de felicidad y las aves emprendían el vuelo para poder contemplar en toda su magnifica estampa a esa preciosa mujer que hacía muy buena pareja con el ser alado. 


Y ambos volaron a los reinos de la paz y el amor en medio de todo un revoloteo de pasos y alas que se mezclaban los unos con los otros en bellas demostraciones de baile, amor y dedicación eterna por cuidar el alma del otro.



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