sábado, 19 de marzo de 2011

Sed

Una de sus manos se deslizaba caliente, húmeda por la lluvia que caía y se confundía con la sangre que manaba de uno de los pechos de ella, que estaba ahí, totalmente quieta mientras miraba a su amado alimentarse de ese néctar que solo oscuros dioses clamaban a sus fieles oradores en los templos de oscuridad donde ese ser que había robado su corazón se movía. Las manos de ella protegía su cabeza de la lluvia mientras él se dedicaba a saciar una sed que le venía desde tiempos inmemoriales. La improvisada maternidad que ella mostraba no se diferenciaba en mucho de los gestos protectores que toda madre que se precie le dedica a su hijo o hija, y ella lo sentía a él con toda su maldad, su bondad, sus cosas buenas y malas, como a un niño al que proteger  de los males de este mundo que nos rodean constantemente. Ella le conocía perfectamente, su confianza en el era plena y sabía que nada saldría mal. Él se abrazó un poco mas fuerte a ella como reclamando esas caricias que lo hacían sentir querido y le despejaban un poco el sentimiento de culpa de lo que hacía cuando la mortífera sed de sangre lo consumía. las vidas de ambos habían ya estado unidas desde ese primer trago que dio cuando la conoció hace ya mucho tiempo en un lugar dejado de la mano de Dios. 


Un pequeño gemido de ella, un gemido de dolor, le dejó a el una tensión que se fue acumulando y aflojo la presa sobre ese delicado y perfecto seno que fue lo primero que encontraron sus colmillos cuando le atacó ese arrebato de sed que ella perfectamente pudo comprender. Y así el se abalanzó sobre ella  y sentados en el suelo, bajo la lluvia, el protegía a ese niño asesino, tierno y dulce cuando estaban a solas y de lo mas combativo cuando había problemas. Los besos entre ellos eran fusiones de frío y calor que podía despertar los mas bajos instintos de ambos. las manos de él, denotando mucha fuerza en apariencia, se movían con delicadeza, casi se diría  adoración por la espalda de ella, que había sido descubierta cuando el vestido de ella había caído un poco mas de la cuenta, dejando al descubierto buena parte de su sensual y delicada figura. Un cuerpo bastante delgado se había abalanzado momentos antes contra el de ella mientras unos susurros de necesidad se proyectaban contra una piel de una palidez inciertamente inquietante y ella cedió con una sonrisa dispuesta a alimentar a ese ser inofensivo y que protegía su alma en todo momento. La lluvia los rodeaba y corría por unos cuerpos que habían sido creados para estar uno al lado del otro pues así también estaban creadas sus almas, que nacieron un mismo día y le dieron al mundo un motivo para seguir girando. 


Las manos de ella se paseaban por el cabello de el, dejando que la ternura inundara y saliera a través de las puntas de los dedos para que él se sintiera mas libre de lo que estaba haciendo y sobretodo menos culpable pues se sentía un monstruo al tener que aprovecharse de ella, al tener que dejar correr los instintos cuando la sed lo inunda hasta lo indecible, sumiéndolo en un pozo de necesidad que lo acorrala contra la caída a la locura mas extrema. Sus labios y los dientes afilados, cerrados en torno a su seno seguían extrayendo una porción de sangre que lo saciaría hasta el punto de quedar alimentado y de no matarla. Ella sabía lo que venía después, las auto-inculpación. Ella le insistía en lo mucho que lo amaba a él, y él seguía sin creerse como ella lo dejaba seguir a su lado después de tantas marcas que había dejado en su cuerpo y en su alma. Todas sus reacciones siempre eran una sonrisa y una caricia en su rostro, lo que literalmente anulaba sus defensas y todas esas capaz y capaz de máscaras que ponía para ocultarse del mundo. En un momento dado el ligero dolor que acusaba la acción de su hombre sobre su pecho cesó y un lengua repasó la herida cerrándola. 


Los ojos de e¡él se quedaron mirando los de ella con suma atención y la sonrisa que había en sus labios se coordinó perfectamente con la luz que apreció en su mirada, que lo hacía estremecer cada vez que la veía porque no creía en lo mas profundo de sus razonamientos totalmente empíricos como era posible que alguien como ella estuviera con alguien como él, un ser lleno de oscuridad. Siempre él le hacía una pregunta 


-¿Por que?


A lo que ella respondía con un beso que no podía si no ser de un amor que traspasaba todas las barreras del entendimiento humano y sobrenatural



2 comentarios:

  1. Es que ella no podia hacer otra cosa que amarlo, aunque estuviera en juego su vida un descuido... un ataque de ese instinto animal podría dejarla pálida y fría y no poder volver a ver esos hermosos ojos tristes, el dolor era soportable y ella estaba tranquila, se amaban.. ella daría su vida por el si pudiera, y en cada gota de sangre que el consumía era como darle un poco más de su ser... o al menos ella lo sentía asi, y es que aunque lo quisiera ya no habia nada más que hacer por que su corazón lo había elegido y ella queria que fuera asi
    ¿qué por que? por que el lo necesitaba, por que lo amaba por que cada gota de su sangre deseaba entrar en su cuerpo, amarlo ser de el, ella veía más en el que un moustro, veía al hombre de sus sueños, el hombre más apasionado y tierno con su caricias suaves.

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  2. mi nena no tengo palabras para todo eso que me has puesto ahí arriba y solamente puedo decir que de poder te bebería entera de todo tu amor y que mutuamente nos dieramos ese amor que tenemos que darnos desde hace ya mucho tiempo

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