domingo, 20 de marzo de 2011

Maestro y alumno

Una hoguera brillaba mostrando la sensualidad de sus llamas a la luna, que desde los cielos se empeñaba en seguir siendo indifernte a la belleza del fuego que con su brillo podía definir los rostros del maestro y el alumno. Los árboles parecían apiñados para escuchar una conversación que se llevaba a cabo entre ellos y que con todo el secretismo del mundo en sus manos estaba llena de palabras que muchos no podían adivinar pero ciertamente revelaremos desde el japonés lo que ellos decían.


-Maestro ¿que me queda por aprender? Estoy ansioso por la siguiente lección.-Preguntó el alumno, un joven que la verdad no podía masque soñar en lo típico con lo que soñaban los miles de jóvenes aspirantes a guerreros.- Me siento cada día mas fuerte y deseoso de seguir aprendiendo y no se que mas quede por aprender. Por ello mi curiosidad es insuperable en estos momentos.


El maestro miraba la llama aparentando que se encontraba indiferente a lo que su alumno decía pero en realidad le tenía toda su atención puesta, al igual que a la vida que circulaba por todo el bosque. Sus ojos miraban algo qe iba mas allá de todo entendimiento de su alumno y este le dejó todo el tiempo del mundo a su maestro. Los ojos de ambos miraron las llamas atentamente esperando la revelación que les diera lo que debían tener ambos en su momento. Sin interpretación posible por parte de nadie el maestro respondió al alumno.


-Enamorarte quizás. Cuando te enamoras por lo que se sabe de los poemas de nuestros antepasados, tu percepción y tus fuerzas crecen, ves mucho mas allá de ti mismo y puedes crear en otros sensaciones tanto de sumisión como de ira o de alegría. Es como tener el mundo a tu pies y también ser discípulo del mismo. Tu te pondrías a los piés de otro maestro, el amor, que te irá guiando caprichosamente por un sendero u otro.


-Pero maestro.- interrumpió el alumno, algo normal en los adolescentes impacientes por aprender.- No lo entiendo. muchos otros hombres enamorados acaban en la miseria y en lo mas profundo de sus pesares incluso muertos y quiero ser un poderoso guerrero. Que sepa manejar todas las armas y sea temido allá en lo lejano d otras tierras, ser famoso y lograr llegar a shogún o un gran capitán de los guerreros mas feroces de las tierras que yo pise.


Un suspiro salió de los labios del maestro, lo que hizo mirar al alumno cara al suelo, sintiéndose avergonzado por interrumpirle en su explicación pero mas tarde una sonrisa salio de sus labios y lo miró diciendo a continuación.


-Eres un chico de ideas claras pero nada mas que eso. ¿que harías una vez tuvieras el poder? Tengo al sensación de que intentar mantener la paz o buscar el reconocimiento entre otros capitanes lo cual hará que otros muchos sintieran envidia de ti, y eso con el tiempo créeme que no es nada bueno. El buen guerrero tiene por única ambición mejorarse a si mismo con o sin la ayuda de una mujer, pero te diré que con una mujer tu automejora será superior a la que yo te pueda ayudar a lograr.


El alumno recapacito durante largos días mientras enseñaba y era enseñado por su maestro en las demás técnicas de combate que le pudiera este suministrar a todo su ya amplio conocimiento. las mentes de ambos estaban conectadas por una especie de puente que no conocía de tiempo o espacio. Aprendieron mucho juntos hasta que un día él le preguntó al maestros.


-Maestro ¿como sabré cuando el amor me alcance?-Su pregunta no era habitual de el pero sencillamente se dedicó a esperar. El maestro sencillamente rió ante lo que él le había preguntado


-Cuando conozcas a alguien que desgarre tu corazón cuando te alejes de ella, entonces estarás enamorado.

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